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EL AGENTE 007

La otra epidemia que tiene preocupado a uno que otro decepcionado elector es la "reeleccionitis". Actualmente desde diputados federales hasta alcaldes se aferran "con uñas y dientes" a seguir viviendo del erario, como la alcaldesa de San Pedro, Patricia Grado Falcón, quien llegó al sufrido Municipio bajo los colores del Partido Acción Nacional y dijo que quiere y que buscará la cobijada blanquiazul, aunque de todos fue conocido que en las pasadas elecciones del 18 de octubre "operó" abiertamente a favor de Morena, en alianza con el actual secretario del Seguro Social, Javier Guerrero, quien buscó para su sobrino una beca en el Congreso local. Y andando por esos municipios de La Laguna, nuestros indiscretos subagentes nos reportan que otro que ya empezó a terquear con reelegirse es el alcalde morenista de Francisco I. Madero, Jonathan Ávalos Rodríguez, conocido también como "El Boticario", por aquello de que se dedica a promover los productos alternativos para combatir el coronavirus y no le importó que su propio partido se deslindara de sus promociones a favor del dióxido de cloro como remedio para curar y prevenir el COVID.

Tan ocupado anda don Jonathan en amarrar su reelección que ahora le dio por ofrecer por todas partes sus "científicas" pláticas, con cargo al erario público, para la compra de un producto que no cuenta con la aprobación legal de la Cofepris, y el alcalde tiene varias semanas sin acudir a las reuniones del Subcomité Regional de Salud de La Laguna, que se desarrolla los lunes en Torreón. La pandemia, los avances en la vacunación y los protocolos ya no son temas de su interés, como al parecer tampoco trabajar por el olvidado municipio, al que cree inmune al virus. 

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Nuestros subagentes, disfrazados de gendarme sin examen de control y confianza, nos reportan que el pasado lunes durante la ceremonia de graduación de los 108 cadetes de la Academia de Policía Municipal de Torreón, con lo que se espera que ahora sí aumente la vigilancia policial en la ciudad, el "góber" Miguel Riquelme se tuvo que "chutar" el recorrido por el área donde funcionará en unos meses la guardería infantil para los hijos de los polis municipales. Y con mano izquierda acompañó al alcalde Jorge Zermeño, quien le "presumió" la relevancia nacional que tendrá este espacio. Los subagentes comentan que, pese a los constantes dardos envenenados que lanza de vez en cuando el edil torreonense durante sus reuniones, el mandatario estatal nunca lo ha desairado en la inauguración de sus "magnas obras". Y unos ejemplos son la remodelación de la Alameda Zaragoza, donde se lució con un nuevo módulo de baños, o en la remodelada Plaza de la Tortuga en Torreón Jardín, donde destacó lo bonitas que le quedaron las jardineras. Pero los cizañosos subagentes se pusieron a hacer cuentas y detectaron lo hábil que resultó don Jorge al "pasarles la charola" a los empresarios y a todos los que se dejen. Por ejemplo, en el caso de la guardería, una conocida empresa gasera aportó un millón de pesos y todo el block, una empresa ferretera donó todo el piso, otro empresario donó los 14 minisplits que se necesitaban para mantener una temperatura agradable para los niños; el alcalde hasta contó con la fortuna de que uno que otro "ipeco" se reportara con "cash": una empresa lechera, otra del ramo minero y también un grupo de tiendas departamentales. Así que repitiendo la fórmula, en el caso de la remodelación que anunció para el Bosque Venustiano Carranza, Zermeño ya dijo que habrá "cuatro grandes empresas de gran presencia que se harán cargo, y hay otras 20 que están invitando a participar"; a lo que no faltó el empresario codo que rezongó: "¿pues entonces cuánto va a poner el Municipio?" 

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Nuestros entumidos subagentes, disfrazados de repartidor de botellitas con agua en el Centro de Convenciones, nos reportaron que ante el repunte de contagios del funesto COVID-19, esperados para los próximos días y que claramente se derivan de las celebraciones decembrinas, el "góber" epidemiólogo, virólogo y casi secretario de Salud, Miguel Ángel Riquelme, inició en Torreón una gira artística para supervisar el trabajo de los cinco subcomités regionales de salud en la provincia y hacerles a todos las mismas recomendaciones: hacer más enérgicas las labores de inspección y estar alerta en acciones de "rastreo" vía monitoreo de las cargas virales en los casos de los positivos y la posible aparición de la nueva cepa del coronavirus. En lo que respecta a La Laguna, el exhorto fue para que se pongan listos "los muchachos" de Inspección del Gobierno estatal y municipal. Y como ya son dos las actividades que ha impuesto la pandemia, que son vigilar las cifras de contagios a la par de las hospitalizaciones; anótele también el tema de supervisar y "con lupa" el manejo de la vacunación en Coahuila, que a decir del "góber" rijoso… Digo, federalista, "es un reto". Por eso el mandamás como que les leyó la cartilla a manera de petición de ayuda a las cámaras empresariales, comercio organizado y hasta a las corporaciones de seguridad para que le entren en forma a la estrategia de prevención, ya que el riesgo no ha pasado y de avanzar en la tarea depende la reactivación de muchas actividades económicas. A nivel local, la lupa estará puesta sobre las colonias que, de acuerdo con los reportes y las sanciones aplicadas, son las más "fiesteras", que aparecen además en el repudiado top ten; curiosamente no aparecen colonias fifís ni clubs de golf y otros centros de esparcimiento de las élites. Qué raro, ¿no? Lo claro es que evidentemente eso del virus tiene sin cuidado a fifís y chairos por igual. Por cierto, y para la tranquilidad de uno que otro médico que andaba de nervios, en el subcomité se anunció que ya está en proceso de vacunación el personal médico de las instituciones privadas de salud. ¡Ufff! 

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A quien se le dio eso de la "cantinfleada" tratando de justificar el cinismo de un antro que volvió a abrir sus puertas y hasta presumió la gran cantidad de personas en su interior, pese a estar en pandemia, fue al flamante director de Alcoholes de la hermana república de Gómez Palacio, Armando Quiriarte, quien a regañadientes y entre dientes terminó diciéndoles a los representantes de la incómoda prensa "que no se debe creer en todo lo que muestran las redes sociales" y que el video donde se veía una enorme fila para entrar y la pista de baile a reventar pudo ser de mentiritas; incluso le dio una oportunidad al dueño del bar, cuando claramente pudo haber actuado con los ojos cerrados no solo por sobreexplotación de giro, aunque haya un solo cliente, porque de restaurante no tiene nada, sino por el riesgo sanitario que esto significa en términos de contagios de COVID. Y quien tuvo que salir al quite un día después fue su jefaza, la alcaldesa de la "alternancia" Marina Vitela, quien aseguró que clausuraría el bar Ibiza, pues nadie debe retar a la autoridad. Y es que, dicen, la declaración la dio luego de que la opinión pública le tundiera en críticas a su Administración por "hacerse de la vista gorda". Al parecer hasta el Gobierno del Estado, que preside el panista más priista del estado de los alacranes, don Pepe Aispuro, llegó la queja, preguntándole si no tiene por ahí algún policía estatal, agente investigador de la fiscalía, miembro del mando especial o parecido que ponga orden y haga aplicar la ley y las normas sanitarias que tanto presume su entidad, ya que al parecer las autoridades municipales poco caso hacen a las denuncias. 

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Los que andan bien aplicados en "el año de Hidalgo" son los muchachos de Inspección y Verificación del Municipio de Torreón, quienes iniciaron el año con todo. Cuentan nuestros subagentes, disfrazados de papeletas del 2020, que uno de los inspectores de la oficina que dirige Antonio "El Ranger" López anda de travieso y actuando solo hasta que lo agarraron en la maroma. El vivillo funcionario, de nombre Ever, fue captado por las cámaras de seguridad de una funeraria del Centro de Torreón cuando recibía la humilde cantidad de 5 mil pesillos por no multar al negocio. A decir de los subagentes, las imágenes llegaron hasta el séptimo piso de la presidencia, por lo que ordenaron a don Tony darle las gracias a su subalterno, pero como es sindicalizado, al director le dio miedo, y mejor turnó el caso a Contraloría. Y apenas el pasado fin de semana en lugar de dejar en la oficina al sacrificado inspector mientras se resuelve su caso, lo volvieron a mandar a las calles a cerrar cuanto negocio le quedó de paso, lo que molestó a los demás compañeros, pues dicen que al suertudo funcionario sindicalizado le perdonan todo, por lo que otros ya mejor están considerando replicar sus mañas.

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