Recibí el mail de un lector de mi columna en donde reprueba mi colaboración del domingo seis del mes actual, en la cual comentaba la dificultad que existe para tomar el ticket del estacionamiento a la entrada de un mall de la localidad, y tal pareciera que esta persona es el dueño, o quien lo instaló, o el guardián del poste, por la defensa que hace de él, aduciendo, entre otras cosas que ?el más grave error de ustedes las mujeres es pensar que cuando batallan con algo relacionado con el coche y la manejada es error de los demás? esa es la razón por la cual representan una seria amenaza para todo el mundo?. (sic)? Lo curioso es que en ningún momento mencioné el nombre del centro comercial y esta persona sí lo etiquetó.
Sin embargo, en otro párrafo comenta que él ha ido al mall con mujeres al volante y siempre se colocan lejos del poste ?porque no tienen idea de las distancias? (sic), fenómeno que, según él, sólo las mujeres tenemos y que por ello nos merecemos ?mentadas y claxonazos? (sic). Suponiendo, sin conceder, que tal rareza ocurra en nosotras las mujeres, que es nada comparado con otras gracias que sí podemos hacer (como tener los hijos, por ejemplo), es una razón más que suficiente para que, si tenemos esa falla visual, coloquen el poste de una manera más cómoda, sobre todo si nuestro género es quien más acude a ese sitio.
Es mas, si la persona que envió el mail tiene algo que ver con el poste, por favor, señor, haga algo por nosotras las mujeres. Aunque debo aclarar, para ?salvarnos un poquito?, que yo he escuchado comentarios de los caballeros y ellos también aducen que han tenido que abrir la puerta del coche (inclusive salirse de él), para tomar el ticket.
Y, el lector, termina diciendo? ?¡ah! y por favor no asumas que es misoginia*? (sic). Aunque, francamente, no sé por qué lo aclara? (???).
*Aversión u odio a las mujeres, de acuerdo a la Real Academia de la Lengua.
