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Agenda ambiental pendiente (IV)

A la ciudadanía

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

La contaminación del aire atmosférico también es un factor preocupante para la salud ambiental y humana en nuestra Comarca Lagunera, particularmente en la zona metropolitana debido a que la expansión y concentración de la población y las actividades que esta realiza, tanto económicas como domésticas, contribuyen a que ocurra. Aunque en regiones como la nuestra las actividades agropecuarias también tienen un impacto ambiental y sanitario considerable en los espacios rurales.

Se define a la contaminación del aire como todo cambio en la composición química o física de los componentes naturales del aire atmosférico que provocan su degradación de tal modo que afecta la salud ambiental y humana, implica un cambio en la concentración de esos componentes provocada por causas naturales o antopogénicas. Son varios los factores que provocan la contaminación atmosférica, los cuales responden a condiciones generales o específicas en que se presentan.

Un evento natural como la erupción de un volcán puede tener un impacto severo en la composición química del aire atmosférico a una amplia escala que puede ser incluso planetaria, pero también el hombre puede provocar impactos a este nivel como sucede con las emisiones de gases de efecto invernadero producto del uso de combustibles fósiles que están calentando la tierra y afectando el clima del orbe.

La presencia de determinados contaminantes atmosféricos en un lugar depende de las fuentes fijas o móviles que los emiten, de las actividades antopogénicas específicas que en él se realicen y los procesos en que se basen. Hoy en día a nivel internacional y en el interior los países se emiten directrices y regulaciones que establecen indicadores que permitan identificar y medir los diferentes tipos de contaminantes, así como los límites permisibles ante los posibles riesgos que afectan la salud humana; sin esa información es difícil actuar para prevenir o mitigar los impactos que producen dichos contaminantes.

En el caso de México es fundamental que regulación de las emisiones se basen en la NOM-025-SSA1-2014, que fija los límites permisibles que las personas toleramos, como las llamadas PST, PM10 y PM2.5, o de otros elementos o compuestos como Ozono, Dióxido de Azufre, Dióxido de Nitrógeno, Monóxido de Carbono y Plomo. La medición constante y consistente de esos contaminantes, o de otros, es un tema que nos preocupa a quienes residimos en esta región, saber con precisión la calidad del aire que respiramos y los posibles riesgos que enfrenta nuestra salud.

La contaminación del aire atmosférico es un fenómeno comúnmente asociado al crecimiento económico y la expansión demográfica de las urbes, particularmente en aquellos conglomerados metropolitanos donde tiende a concentrarse la actividad industrial y los asentamientos humanos. La planeación de las metrópolis debe contemplar el establecimiento de sistemas de medición confiables que consideren las fuentes que emiten los contaminantes para ordenar su crecimiento, rubro que en la región ha implicado esfuerzos gubernamentales importantes pero insuficientes, siendo este aspecto el pendiente ambiental que amerita mayor atención para poder diseñar estrategias de prevención y mitigación.

En 2010 La Laguna se articuló al ProAire, principal programa federal orientado a atender la contaminación del aire en el país, el cual sumó esfuerzos en los tres niveles de gobierno pero que, sin embargo, requiere acciones tendientes a fortalecer y consolidar el sistema de medición existente. Si bien para ello se requieren recursos financieros y humanos, su atención es también un asunto prioritario para el ordenamiento y desarrollo metropolitano y, por ello, esa atención debe adoptar un enfoque integrador de las acciones entre los municipios que conforman la metrópoli lagunera.

De manera paralela al conocimiento de los contaminantes indicados, es importante el monitoreo constante de otros que tienen implicaciones globales como el Dióxido de Carbono y el Metano, principales gases de efectos de invernadero. En este rubro también existen esfuerzos importantes con la elaboración de los planes estatales para combatir el cambio climático, generando datos por regiones, pero quizás, como se planteó hace algunos años cuando se constituyó el Secretariado Técnico para combatir el Cambio Climático a nivel regional, valdría la pena valorar retomar esa idea de medir la carbonización del ambiente en este ámbito.

La información existente indica que en la Comarca Lagunera la principal fuente de emisiones de Dióxido de Carbono es el parque vehicular doméstico y comercial, y que también son relevantes las emisiones de Metano que genera la concentración de ganado. En la atención de ambos aspectos los esfuerzos gubernamentales han sido menores y requieren una actuación articulada entre los tres niveles de gobierno, algo se tiene que hacer para reducir nuestra contribución local a reducir los niveles de carbono que están provocando el cambio climático global.

En síntesis, esa información sobre la situación que prevalece con respecto a la calidad del aire atmosférico en la región, nos muestra que hay pendientes en la agenda ambiental sobre los cuales debemos poner atención y que resultan ineludibles si aspiramos a un desarrollo metropolitano y regional sostenible. Su atención no solo requiere la conjunción de esfuerzos gubernamentales, necesita agregar la participación de otros actores como las empresas y corporativos privados que emiten los contaminantes a nivel local, y de los ciudadanos. Un aire saludable nos benéfica a todos los laguneros.

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