La mayoría de estos golpes son intencionales, por lo que el tercero sobre la superficie debe intervenir. (EFE)
En plenas fiestas decembrinas, el Consejo Mundial de Boxeo (WBC, por sus siglas en inglés), fue enérgico en la búsqueda de la máxima protección de los púgiles de cara al 2021.
Y es que el organismo comandado por el mexicano Mauricio Sulaimán, instó a los réferis de todo el mundo, a estar mucho más atentos y aplicar de manera más estricta las reglas relativas a los golpes de "conejo", que ponen en grave peligro la vida de los boxeadores.
Cabe recordar que un incidente reciente en República Dominicana, llevó al boxeador veracruzano Tomás "Gusano" Rojas al hospital, luego de que su oponente, el local Ranfis Encarnación, lo golpeara con un golpe de "conejo".
Rojas se desplomó y tuvo convulsiones en el ring. Fue trasladado de urgencia al hospital y afortunadamente parece haberse recuperado. El tercero sobre la superficie, en primera instancia le dedujo dos puntos al peleador infractor y luego lo descalificó.
La razón por la que el golpe de conejo es terriblemente peligroso, es porque la zona inferior del cuello, que se llama bulbo raquídeo, es donde la columna vertebral se conecta con el tallo cerebral. Está estrictamente prohibido golpear en esta área porque puede provocar parálisis y daños cerebrales catastróficos.
ANTECEDENTE
En 2015, el boxeador Prichard Colón, sufrió lesiones terribles y permanentes en una pelea contra Terrell Williams, debido a golpes de conejo. No pudo continuar en la décima ronda, colapsó, sufrió una hemorragia cerebral y entró en coma durante 221 días.
Aunque Prichard sobrevivió, sus heridas son excepcionalmente graves y permanentes. Prichard nunca volverá a ser el mismo. Está aprendiendo a comunicarse a través de una computadora.
Los golpes de conejo son un retroceso salvaje a otra época, donde las faltas graves se consideraban erróneamente como una parte del boxeo. Esto incluía golpear deliberadamente la cabeza, golpear con el dedo, atar, taconear, palmear, pellizcar, arrodillarse y morder. Si bien muchas de estas prácticas inmundas han sido eliminadas, los golpes de conejo persisten.
AÑOS
ya pasaron desde el fatal
accidente de Prichard Colón,
que lo dejó con secuelas.
El WBC no solo está exhortando a los réferis a tener una tolerancia cero a los golpes de conejo, por lo que quieren aconsejar a los entrenadores, que desacrediten por completo esta práctica, ordenando a los boxeadores que desistan y abandonen de manera inmediata y permanente. El golpe de "conejo" no es accidental. Es una falta deliberada que a menudo ocurre.
La ahora denominada Regla de Prichard Colón, que está oficialmente sancionada por el WBC implica la advertencia inicial sobre los golpes de conejo que el réferi da en el vestuario con las instrucciones antes de la pelea, por lo que se recomienda que sean aún más específicos, especialmente explicando las horrendas lesiones que esta falta puede infligir, para no dejar dudas en la mente del peleador y del equipo de que esto no será tolerado.
El tercero sobre la superficie, puede detener inmediatamente la acción y advertir al boxeador infractor que golpea detrás de la cabeza.
Después de la advertencia, el réferi debe abordar inmediatamente cualquier acción continua con una advertencia firme y una deducción de puntos, además que tienen la autoridad para advertir, deducir puntos o descalificar al boxeador infractor.
