En las noches sin luz tú has sido luz.
Cuando he caído tú me has levantado; cuando he perdido el rumbo me has mostrado el camino.
En la tristeza has sido la alegría; en el dolor el bálsamo; el consuelo en la aflicción.
Desde que tú llegaste la soledad se fue.
Si vivo es porque vives.
Soy porque eres.
Por ti creo. Por ti amo. Por ti espero.
En las noches sin luz tú has sido luz.
Gracias, María de la Luz, mujer, esposa, amada mía, perfecta compañera.
Hoy hace 56 años me diste tu vida. Fue entonces cuando empecé a vivir.
Dios te bendiga.
Y Dios me siga bendiciendo a mí contigo.
¡Hasta mañana!...