El arquitecto y escultor español Manuel Tolsá, famoso por concluir la cúpula y fachada de la Catedral Metropolitana, es recordado este jueves, a 204 años de su muerte, ocurrida el 24 de diciembre de 1816, por el amplio legado arquitectónico que dejó entre 1791 y 1825 en las ciudades de México y Puebla.
De acuerdo con información del Museo Nacional de San Carlos, Manuel Tolsá nació el 4 de mayo de 1757, en la villa de Enguera, ubicada en Valencia, España, donde inició su formación artística en el taller de escultura del maestro adornista José Puchol.
En 1780, se mudó a Madrid para estudiar diversas disciplinas artísticas en la Academia de San Fernando, donde tuvo como maestro al escultor D. Juan Pascual de Mena (1707-1784), añade el sitio palaciomineria.unam.mx.
En San Fernando recibió el título de Académico de Mérito en escultura; además, trabajó como escultor de la cámara del rey, ministro de la Suprema Junta de Comercio, Minas y docente en San Fernando.
Comisionado por el Rey Carlos IV, Tolsá llegó a México en 1791 para dirigir el área de escultura de la Academia de San Carlos de la Nueva España, institución a la que trajo una colección de réplicas vaciadas en yeso de las principales obras españolas y vaticanas.
Para obtener el título de Académico de Mérito en Arquitectura, presentó tres dibujos: uno para la construcción del Colegio de Minería, otro de un retablo y el tercero para la celda que sería ocupada por la marquesa de Selva Nevada, en el convento de Regina Coeli, detalla el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
En 1794, contrajo matrimonio con una mujer veracruzana de nombre Luisa Sanz Girón, con quien tuvo nueve hijos.
Datos del escultor publicados en biografiasyvidas.com, indican que en 1813 concluyó la cúpula y la fachada de la Catedral Metropolitana.
El escultor murió el 24 de diciembre de 1816 a los 59 años de edad en la Ciudad de México.
Entre las obras más notables de Manuel Tolsá destacan las casas del marqués del Apartado y del marqués de Selva Nevada, la Capilla de Santo Domingo, la estatua ecuestre de Carlos IV, conocida como El Caballito (1796) y el Palacio de Minería (1797).
El Proyecto del Hospicio Cabañas en Guadalajara (1797), el Baldaquino de la Catedral de Puebla (1797) y los proyectos para el Colegio de las Misiones y de la Iglesia de Loreto, también forman parte de su gran legado, por el cual se le considera un icono arquitectónico de la Ciudad de los Palacios, como se le conoció a la capital mexicana.
