La doctrina Monroe (1823) ya anunciaba lo que Estados Unidos planeaba para el Continente: Ab-sor-ber-lo. Simplemente tenerlo a sus órdenes. El famoso slogan, título de este artículo, se atribuye al 5.º presidente de USA, James Monroe, que tuvo el puesto durante dos periodos, de 1817 a 1825, Pero hay quien dice que la contundente frase proviene de John Quincy Adams, el 6.º presidente. El caso es que no se andaban por las ramas estos señores y tras la independencia de USA en 1776 -o sea, 47 años después- ya estaba en acción "América para los americanos".
Le habían echado el ojo al grandísimo imperio que los peninsulares hispánicos le habían instalado y ya más fuertes en el norte querían mandar en los países de América Latina surgidos del imperio español, y Brasil de Portugal. Esta primera intención NUNCA se les olvidó a los gringos.
México está en Norteamérica, hablando del mapa, como lo demuestra hoy el T-MEC, nuevo tratado firmado por el presidente López Obrador y el presidente Trump (8.7.2020) en Washington que reemplazó al TLC de Salinas y significa hoy " Tratado México, Estados Unidos y Canadá", que tan hábilmente AMLO obtuvo de Estados Unidos antes de que empezara el proceso electoral de ese país.
Aunque sabían nuestros vecinos que México o la "Nueva España" por su posición geográfica y por su gran cultura e historia no se podía tratar como a los demás países del continente, se les ocurrió para someter a nuestro país a sus intereses lo que se leerá a continuación.
"Para festejar el Bicentenario… No como ni PAN ni circo" es el título de un libro mío de 2010 y la introducción es este un primer texto absolutamente revelador de tales intenciones:
"El 5 de febrero de 1924, Robert Lansing (1864-1928) quien fuera secretario de Estado del presidente Woodrow Wilson (1913-1921), envió una carta a J. C. Hearst, dueño de la cadena de periódicos que lleva su nombre, en relación con su campaña para imponer en la presidencia de México a un ciudadano americano y terminar así la Revolución.
Explicó que la estrategia para someter a México no era la intervención ni la violencia. Ese procedimiento "tendría un costo muy elevado y destruiría muchas propiedades extranjeras". A Estados Unidos le convenía intentar la virtud de la paciencia y seguir otro camino: "... México es un país extraordinariamente fácil de dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que esto llevaría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirles a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de Estados Unidos. México necesitará de administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar puestos importantes y eventualmente se adueñarán de la presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queremos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros".
Se tardaron un poco, los presidentes neoliberales mexicanos en traicionar cínicamente a nuestro país, especialmente los que, como aconsejaba Robert Lansing, estuvieron en SUS universidades: Miguel de La Madrid, HARVARD. Carlos Salinas, HARVARD. Ernesto Zedillo, YALE. Vicente Fox, COCA COLA y HARVARD. Calderón, HARVARD. El único que no fue endoctrinado allende el Bravo- aunque sí por el propio Carlos Salinas- fue Enrique Peña Nieto, ahora sí, esperemos el último priista.
Miguel de La Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto cumplieron a cabalidad la profecía de multicitado Robert Lansing: "harán lo que queremos".
