El párroco Martín Lugo ofició la misa en honor a la Virgen de Guadalupe, acompañado de sacerdotes de la Diócesis de Gómez Palacio. Se cumplieron con protocolos para evitar contagios. (GUADALUPE MIRANDA)
Bajo un estricto control sanitario se permitió el acceso al templo de la Virgen de Guadalupe en Lerdo como parte de las medidas que dictaron las autoridades estatales para contener el número de contagios de COVID. Para no perder detalle, se acondicionó el terreno para que los fieles acudieran a bordo de sus automóviles para presenciar las celebraciones eucarísticas.
Los grupos de la iglesia instalaron dos filtros sanitarios: uno en la entrada principal y otro justo a la entrada del templo. Además se instalaron vallas metálicas para definir las rutas de acceso y salida para los visitantes.
El templo permaneció abierto al público para que de manera fluida pudieran ingresar a dar gracias, elevar una oración o para entregar sus arreglos florales, sobre todo de rosas rojas.
De manera previa, en el terreno anexo al templo se montó un escenario con pantallas donde el viernes a las 11 de la noche un mariachi entonó las tradicionales Mañanitas, las cuales se transmitieron por las pantallas así como por las redes sociales del templo, la asistencia fue casi nula. En las misas de las 12 del mediodía y de las 19:00 horas solamente se permitió el acceso al 25 por ciento de la capacidad total, es decir, a unas 40 personas.
El párroco Martín Lugo ofició la celebración acompañado por tres sacerdotes de la Diócesis de Gómez Palacio.
Por la tarde-noche, se organizó una caravana que partió desde el acceso de la colonia San Isidro, sector en donde se localiza el templo. Su destino fue llegar a la iglesia y participar desde sus vehículos en la celebración eucarística, que se transmitió en las pantallas de dicho escenario. De acuerdo con el párroco, la Diócesis no permitió realizar la misa al exterior, por lo que solo se proyectó para que los fieles pudieran estar presentes desde sus vehículos.
