Bajo un dispositivo de seguridad y áreas sanitizantes, los fieles acudieron a cantarle las mañanitas y dejarle flores a la Virgen.
La pandemia por COVID-19 no provocó la suspensión de la celebración de la Virgen de Guadalupe; la Diócesis de Saltillo realizó ajustes y las visitas, misas y serenatas, se realizaron al exterior del templo.
Pese a la contingencia sanitaria, los festejos no pararon. La nueva normalidad obligó a la iglesia católica a cerrar sus puertas y realizar la celebración de la Virgen María al exterior de la iglesia.
Bajo un dispositivo de seguridad y áreas sanitizantes, los fieles católicos acudieron a cantarle las mañanitas y dejarle flores a la Virgen Morena.
La tarde de ayer el obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera López, ofició misa. Al exterior del templo se colocó una mesa y bocinas. En la banqueta y calle permanecían las personas, quienes debían guardar una sana distancia y como requisito esencial estaba el uso del cubrebocas.
"Ella (La Virgen María) viene preocupada (a México). A María le interesaba que conociéramos el evangelio porque ella es portadora de esa sabiduría que hace feliz al hombre, frutos de paz, no de violencia ni mentiras", dijo el obispo emérito.
El obispo llamó a la población a ser generosa y empática para que se conviertan en sujetos de la historia y trabajar en conjunto por el bien común.
Al referirse a la pandemia, pidió a los políticos ser justos en la repartición. "Por eso el Santo Padre nos ha pedido que tengamos amistad con todos los humanos y dejemos de vernos como una secta, quitarnos las fobias, y estar unidos".
Cabe mencionar que el mes pasado Raúl Vera se recuperó tras dar positivo a COVID-19 y en este mes de unió a las celebraciones de la iglesia católica.
Durante el resto de la tarde y noche, decenas de personas acudieron a rezar y a dar gracias por la vida.
