Las imágenes de pasajeros del transporte público cruzando a pie el vado entre Torreón y Gómez Palacio de hace unos días en La Laguna generaron tanta indignación como preocupación y discusión en medios y redes digitales. No es para menos, se trata de la caricatura absurda de lo que ocurre todos los días en esta zona metropolitana que se resiste a coordinar las condiciones más básicas necesarias para habitarla dignamente.
Los efectos más visibles de esta escisión intermunicipal e interestatal son dificultades para movernos, para tener acceso a servicios suficientes y de calidad, a convivir en un ambiente sano, equitativo y seguro. También, la falta de mecanismos para tomar decisiones equivalentes en uno y otro lado del Río, nos coloca en condiciones de menor competitividad con respecto a otras ciudades de México y el mundo.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) ha desarrollado un Índice de Competitividad Urbana (ICU) para medir “la capacidad de las ciudades para generar, atraer y retener talento e inversiones”. Este once de noviembre se presentó el resultado del ICU 2020, que es preciso señalar que se construye con información de dos años atrás, es decir, hasta el 2018.
A través de diez subíndices, se analiza la información sobre ciudades, que pueden ser municipios o zonas metropolitanas, como el caso de La Laguna, en materia de derecho, medio ambiente, sociedad, sistema político, gobiernos, mercado de factores, economía, precursores, relaciones internacionales e innovación. Al igual que hace dos años, la Zona Metropolitana de La Laguna quedó evaluada en el lugar 13 de 15 entre las ciudades con más de un millón de habitantes, superando solamente a Toluca y Cuernavaca.
Otras ciudades en Coahuila y Durango registraron avances muy significativos con respecto a la misma medición de hace dos años: en la categoría de 500 mil a un millón de habitantes, Saltillo subió del cuarto al primer lugar, y Durango del octavo al segundo; de 250 mil a 500 mil habitantes, la zona de Monclova-Frontera se colocó en el cuarto lugar de 25 ciudades evaluadas; y en las de menos de 250 mil, Piedras Negras es la ciudad más competitiva de 10 en la tabla.
Observar detenidamente nuestro reflejo como parte de esta comunidad metropolitana en el ICU2020 debe convertirse en un ejercicio mínimo de reflexión y un punto de partida para retomar cada uno de esos temas desde una perspectiva de trabajo articulado entre sociedad y gobiernos. Sin embargo, más allá de cualquier orgullo regionalista que pueda resultar herido al reconocernos en esos resultados, conviene revisar cada dato y trazar rutas quirúrgicas para mejorarlos.
Metrópoli Laguna nació y ha crecido a partir del análisis de estos datos. El grupo de las organizaciones que forman parte de esta red, así como periodistas y analistas expertos, hemos coincidido cada vez más frecuentemente en que para mejorar la calidad de vida en La Laguna, para convertirnos en una región próspera y atractiva para el talento y las inversiones, falta construir las instituciones que den certeza y viabilidad a planeas y decisiones a nivel metropolitano. No podemos, ni debemos, dejar que pase un año más sin dar ese primer paso que es legal, pero también político y por lo tanto susceptible de debate y participación de todos los ciudadanos.
La ZML necesita planes de mediano y largo plazo, que crucen fronteras partidistas, municipales y estatales. Necesitamos procesos y proyectos metropolitanos en los que participen los tres órdenes de gobierno, que puedan ser diseñados por institutos técnicamente capaces, y revisados también por consejos ciudadanos que representen la pluralidad de todos quienes convivimos en estas cinco ciudades.
