En la colaboración anterior experimentamos con el modelo simple del montículo de arena aplicado a un sistema complejo como es la historia ambiental del planeta, aunque hicimos grandes brincos en la historia poniendo sólo atención a las grandes avalanchas que se producen en el montículo cuando se llega a un ángulo crítico y se sigue agregando arena lentamente, que asociamos a grandes eventos como las cinco grandes extinciones, pero entre estas grandes avalanchas sucedieron avalanchas de múltiples tamaños dominados por pequeños eventos, como la aparición de los diferentes organismos, principalmente unicelulares, hace 3,800 millones de años.
700 millones de años antes durante la formación del planeta, aparece el agua después de un intenso bombardeo de misiles (restos de la formación del universo) que contenían pequeños cristales en los que se escondían pequeñas gotas de agua. Esta es una de las teorías más aceptadas del origen del agua en la tierra,vital líquido que acompaña a todas las formas de vida que han existido en nuestro planeta. Entre las cuales por supuesto se encuentran los estromatolitos, organismos unicelulares capaces de realizar fotosíntesis y fijar el dióxido de carbono que en aquel tiempo era muy abundante en la atmósfera.
Estos microorganismos lograron sobrevivir a una de las glaciaciones más congelantes de la historia que se le conoce como la bola de nieve, Periodo Criogénico, que ocurrió entre los 850 millones de años y los 635 millones de años. En este contexto acorde con el estudio de diversos fósiles se sitúa la aparición de los primeros homínidos hace 600 millones de años, aunque de acuerdo con lo descubrimientos más recientes de fósiles se encontró la que podía ser el ancestro común de los humanos y chimpancés, que se le conoce con el nombre de Lucy (ubicada hace 6 millones de años), a partir de aquí el hombre evoluciona en África y su impacto sobre el medioambiente es mínimo.
Quizás una pequeña avalancha en nuestro montículo de arena se asocie a los primeros impactos del hombre sobre la naturaleza, cuando inicia con el uso cotidiano del fuego y que se pudieran realizar incendios de bosques de manera voluntaria para inducir pastizales y acercar a los herbívoros y asegurar la caza de animales, o bien ocasionar los incendios involuntarios por mal manejo del fuego, si esto fuera cierto se tendrían los primeros impactos sobre la biodiversidad de ecosistemas forestales. Esto no obstante se ubica más adelante cuando el hombre se hace ganadero.
Continuamos agregando arena a nuestro montículo y se presenta una serie de pequeñas avalanchas, que describen en este punto del experimento a una serie de sucesos importantes: el más destacado es la aparición del Homo sapiens por evolución en África, porque luego se extendió fuera de este continente. Este hecho tuvo repercusiones ambientales trascendentes: los sapiens colonizan Australia y al mismo tiempo ocurre la extinción de la megafauna australiana. Esto se ubica hace 45,000 años; 15,000 años después se extinguen los neandertales y hace 16,000 años los sapiens colonizaron América y ocurre la extinción de la megafauna americana. 3,000 años después se extingue el Homo floresiensis, quedando solamente el Homo sapiens.
Si seguimos con nuestro experimento luego ocurre en nuestro montículo de arena una nueva gran avalancha que se asocia a la primera gran intervención del hombre sobre la naturaleza: la revolución agrícola, que en su sentido más amplio incluye también a los diversos tipos de ganadería (hace aproximadamente 10,000 a 12,000 años). Y con ella los primeros asentamientos humanos. Desde su inicio la agricultura ha sido la principal causa de pérdida de los ecosistemas y de la biodiversidad que vive en ellos. La razón es sencilla, el primer paso para establecer un cultivo por primera vez es la remoción de todo el ecosistema original.
Una nueva gran avalancha en nuestro montículo de arena anuncia la revolución industrial ocurrida aproximadamente hace 200 años, todo cambia y se da inicio a un proceso de degradación de los recursos naturales sin precedentes, incluyendo el agua, ocurre una persistente contaminación del aire y suelo que nos conduce a un periodo de inestabilidad climática y a la inauguración de una sexta extinción masiva.
Aunque el cambio más esperado es el de la conciencia colectiva, particularmente la de las personas que detentan el poder político o económico, a quienes les toca tomar las decisiones clave para reducir y/o evitar los impactos más desastrosos de los cambios en el clima. Esperemos que esas decisiones sean tomadas antes que los procesos de deterioro ambiental sean irreversibles y se evite la sexta extinción.
