Columnas la Laguna

IBERO TRANSFORMA

TIEMPO DE MEJORAR

FLOR A. VARGAS C.

Ya han pasado, prácticamente, ocho meses desde que inició el confinamiento y las actividades económicas se han visto seriamente afectadas. Algunas han tenido nuevas y mejores oportunidades al sacar provecho de la tecnología y con ello, logrado no sólo mantenerse a flote sino crecer.

En este tiempo hemos podido voltear hacia adentro de nuestra comunidad, de nuestras familias e incluso, de nosotros. Si bien, se han exacerbado muchas situaciones, como la violencia, que se mantuvo latente, con la fragilidad de nuestras situaciones económicas, en buena parte, se mostró con la brutalidad con la que suele presentarse.

Ahora es cuando volver a nosotros podría aprovecharse para buscar mejorarnos y mejorar nuestro entorno. Hay tanto por hacer y bien podríamos comenzar por reflexionar si lo que hacemos nos llevará a ser mejores.

Los que tenemos hijos o familia, también podemos revisar la forma como nos tratamos y lo que estamos entregando.

A la comunidad la mejoraremos todos y entre más nos sumemos, más pronto veremos los cambios.

Nos hemos dado cuenta que la violencia ya vivía entre nosotros, sólo que la manteníamos bajo un control, socialmente aceptado. Pero lo que hace décadas era relacionado a una pobre o mala educación, hoy lo confundimos con un derecho. Antes, el léxico importaba mucho; en la actualidad se cree que maldecir es de personas honestas y confiables. ¿Acaso violentar con el lenguaje no es violencia?

Antes de la pandemia, escribí sobre la forma violenta, inapropiada pero tolerada, con la que hablamos. En la actualidad, esa forma de comunicarnos ha sido una gota que derrama el vaso de violencias todavía más graves, potenciadas, como comenté, por es estrés que hemos estado experimentando a partir de marzo.

Comencemos por ahí, por encontrar mejores palabras para tratarnos con respeto. Reaprendamos a hablar bien, primero con nosotros y luego hacia los demás. No cambiará la situación económica, pero sí puede ayudar a atenuar el nivel de violencia si reflexionamos la forma en que nos comportamos. Nos hace mucha falta poder vivir y convivir en paz y armonía. Actuemos con mayor inteligencia. La cortesía y la educación no están de más, ni tampoco son una moda. Son dos virtudes que hoy podrían ayudar a sanar a nuestra sociedad tan deteriorada.

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