Algunos científicos justifican el interés por los acontecimientos pasados como una forma de comprender el presente y reflexionar acerca del futuro. Y agregan, pocas frases son tan pronunciadas e ignoradas por políticos como la de que "hay que aprender de los errores del pasado". Estos científicos por su parte han construido instrumentos muy elaborados y sofisticados como los modelos de simulación por computadora, con los cuales intentan decir algo del curso de la historia, dado un conjunto de condiciones. Pero no todos los modelos suelen ser tan complicados y tan requisitosos en infraestructura especializada como las computadoras y software avanzados. Un joven científico catalán propone modelos muy simples para aplicarlo a contextos diversos como la economía, la ecología, la evolución o la historia.
Ricardo Solé explica uno de estos modelos de la siguiente manera: "Un modelo muy simple que demuestra la posibilidad de evolucionar espontáneamente hacia un estado de inestabilidad nos lo proporciona la creación de un montón de arena: si dejamos caer granos de arena lentamente, una vez alcanzado el ángulo crítico, se producen avalanchas de múltiples tamaños, dominados por pequeños eventos pero marcadas, si esperamos lo suficiente, por avalanchas de gran tamaño. Este tipo de sistemas intrínsecamente inestables podría arrojar luz sobre la estadística de multitud de sistemas complejos en los que pequeños acontecimientos dominan frente a los grandes, que se dan más raramente".
Quien durante su infancia jugó con montones de arena, seguramente recuerda esos finos derrumbes y la caída imprevista de todo un lado. No obstante, jamás hubiera imaginado la posibilidad de aplicar esto para explicar los cambios en sistemas complejos. Como el sistema socioambiental. Si tomamos como referencia la historia del hombre y si de manera experimental iniciamos dejando caer granos de arena lentamente sobre un punto dado se iniciará la formación de una pequeña montaña.
En este punto, nos remontaremos a hace 2.5 millones de años cuando los primeros humanos evolucionaron en África, que como sabemos tenían un impacto mínimo sobre el planeta ya que se alimentaban de frutos y vegetales y ocasionalmente de carne, cuando podían cazar animales.
Aunque si consideráramos al planeta como referencia las cosas cambiarían muchísimo cuando la pendiente de nuestro montículo de arena aumente, a medida que la arena se acumula y se alcanza un ángulo crítico la adición de más arena da lugar a avalanchas, que pueden ser pequeñas y de poca duración, pero igual se puede presentar una gran avalancha que barre la ladera de la montaña, esto puede coincidir con la primera gran extinción masiva, las llamadas extinciones masivas del Ordovicico-Silúrico, una de las más destructivas, que duró cerca de un millón de años, y se extinguieron el 85% de todas las especies, la cual se asocia a un evento de supernova y a la subida y bajada del nivel de los océanos por glaciación.
Otras cuatro avalanchas de nuestro montículo de arena se asociarían a cuatro extinciones masivas más. La más reciente ocurrió hace 65 millones de años, al final del periodo Cretácico y acabó con el parque jurásico, es decir con los dinosaurios y muchas otras especies más. Esta extinción acabó con el 76% de las especies presentes y se asoció al impacto de un meteorito y a erupciones masivas. Quizás estaríamos más acertados si consideramos la aparición de los primeros homínidos hace 600 millones de años como una de las avalanchas pequeñas que ocurren en nuestro montículo de arena, como parte de la historia del planeta.
