El juvenil espada lagunero tuvo que guardar reposo absoluto, pero ya volvió a tomar capote y muleta para tentar en el campo bravo. (ESPECIAL)
Tras reponerse a una lesión en su cuello y nariz, el novillero lagunero Arturo Gilio Quintero volvió a tomar muleta y capote durante el pasado fin de semana, para regresar al campo bravo y ponerse frente a las reses.
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El joven espada originario de Torreón y surgido de la Academia de Cultura Taurina del Coliseo Centenario, guardó dos semanas de reposo absoluto y una más enfocada a su rehabilitación, para regresar a lo que le apasiona: el toreo. Hay que recordar que Gilio sufrió una lesión al tentar en una ganadería en Querétaro, ya que una vaca lo elevó por los aires y al caer se lastimó el cuello y la nariz, teniendo que ser internado y pasar la noche en un sanatorio queretano, desde donde se trasladó hasta su tierra natal para proseguir con su recuperación.
Cuatro bravas vacas de muy buena nota, de la ganadería de Villa Carmela, propiedad de Eduardo Arenas, fueron las sinodales para que Arturo se probara nuevamente ante un animal bravo durante la tarde del pasado sábado. Gilio mostró que tiene claro su objetivo y que estos 24 días de inactividad solamente lograron acrecentar su afición, cuajando faenas llenas de expresión, valor y torerismo, estructurando tandas variadas, acordes a las condiciones de cada una de las bravas y nobles vacas.
Arturo tiene para torear el próximo 5 de diciembre en el Cortijo Campo Bravo en San Juan del Río, Querétaro, dentro del Encuentro Mundial de Novilleros. Mientras tanto, seguirá metido en algunas ganaderías mientras llega la fecha señalada para volver a vestirse de luces y continuar su camino hacia la alternativa.
