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COCO: MÁS ALLÁ DEL DÍA DE LOS MUERTOS

CLAUDIA RIVERA MARÍN

Durante la celebración del Día de muertos, el 2017 nos trajo un regalo especial: el lanzamiento de la película Coco, del director Lee Unkrich, producida por Pixar Animation Studios. Aunque dirigida a un público infantil por ser un filme de animación, la realidad es que tanto adultos como niños en México y en el mundo quedaron fascinados con la historia de Miguel Rivera, un pequeño que sueña convertirse en cantante y emular a su ídolo Enrique de la Cruz, quien gracias a su canción "Recuérdame" alcanzó la fama. La historia transcurre dentro de los días en que se celebra el día de los muertos por lo que gracias a esta cinta una buena parte de los habitantes de otros países conocieron esta muestra tan importante de la cultura y tradición mexicanas. 

Pero Coco va más allá de la expresión colorida de esta celebración: retrata otros detalles con los cuales como mexicanos nos identificamos plenamente; aunque quizás ya no son tan usuales pues muchas costumbres se han ido perdiendo y, como país, México también se ha "modernizado". Destaca algunos estereotipos que persisten en la actualidad, como la dificultad a la que se puede enfrentar un niño o adolescente para perseguir un sueño con el que sus padres o su familia no están de acuerdo. En Miguel podemos distinguir al niño que desde pequeño tiene obligaciones en su casa, debe aprender un oficio que le permita contribuir a la economía familiar. Y qué decir de la famosa chancla de la abuela Coco, que voló por los aires apuntando al bisnieto y que forma parte de las anécdotas personales de muchos mexicanos.

El drama de los Rivera también presenta la polémica sobre el rol de género, ya que la madre de Miguel renunció a la música porque era impensable que pudiera ser cantante, madre y ama de casa a la vez. De manera significativa, la película resalta el valor de la familia y la característica distintiva de la festividad del día de muertos: si en otros países es la oportunidad para recordar a los fallecidos, en México es el día que se celebra la vida que tuvieron; los altares dan cuenta de la historia de ese ser querido, por lo que la elaboración de un altar es en sí misma una forma de recordar y honrar a aquéllos que se nos adelantaron. Coco reúne -con un toque de fantasía- esta tradición, y se ha convertido en un regalo visual que ayuda a difundir las tradiciones mexicanas, especialmente a las nuevas generaciones, y, además, invita a la reflexión precisamente sobre estos valores que no debemos olvidar: quiénes somos y de dónde venimos como una forma de entender y respetar nuestra cultura e idiosincrasia.

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