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Leyes de las Indias

Diálogo

YAMIL DARWICH

Tal documento, contiene el decreto de Carlos II, publicado en 1680, dividido en cuatro tomos, conteniendo nueve libros que enuncian 6,385 leyes agrupadas en 218 títulos, orientadas a normar trato en la entonces Nueva España.

Es evidente que en medio de los abusos y graves injusticias que cometieron los conquistadores, la Corona no podía permitirse volver la espalda a la realidad; de ahí que Isabel la Católica fuera la primera en legislar al respecto.

Algunos oportunistas ibéricos, ciertamente encabezados por Hernán Cortés, veían la oportunidad de obtener mano de obra barata y así llevaron a Sevilla, a 500 indígenas como esclavos, interviniendo la reina y ordenando fueran devueltos a América, decretando prohibida la esclavitud.

El rey Carlos V, en 1590, decretó el respeto absoluto a la libertad de los indígenas, reconociéndoles tener conciencia (alma) y prohibiendo la cristianización obligada.

Esos antecedentes culminan con la elaboración y publicación de Las Leyes de las Indias, que prohíben injuriar o maltratar de cualquier forma a los indígenas conquistados; la obligación de remunerar su trabajo, incluyendo el descanso de un día de la semana (domingo); también buscar y cuidar su salud, especialmente de mujeres y niños. Órdenes incumplidas.

Desde luego que la avaricia y tendencia al abuso humano imperó entre los conquistadores y haciendo caso omiso a las ordenanzas, crearon los medios legaloides para continuar con la explotación, caso de las "encomiendas", en que obligaban al trabajo forzado a indígenas controlados por "encomenderos", quienes recibían trato especial, a veces solo promesas, para abuso de los sometidos al trabajo esclavizante.

Carlos II, expidió una cédula real regulando políticas públicas y económicas para la Nueva España y, particularmente en el Libro 6, trata la situación de los indígenas, su condición social, el régimen de encomiendas, tributos, etc.

Estos antecedentes son importantes para comprender la atrevida petición de nuestro presidente López, pretendiendo que los reyes españoles, a nombre de España, pidan perdón a los indígenas por el maltrato y el abuso recibido durante la conquista.

No considerándolo suficiente, también extiende al Papa la misma solicitud, como líder de los católicos.

La curiosa petición, con tintes de exigencia, despertó airadas respuestas de eruditos de México, España y del mundo, apareciendo los chascarrillos, algunos de mal gusto y que ofenden a nuestro presidente, -que lo es- manifestando burla y repudio por lo irreflexivo de su petición.

Desgraciadamente, por falta de análisis, AMLO revive nuevamente la confrontación entre radicales mexicanos y españoles, incluyendo a distintos historiadores, sociólogos y profesores universitarios, logrando al final de cuentas una nueva forma de radicalización entre los nacionales, quienes de por sí ya fuimos categorizado como "fifís y chairos". Usted, seguramente ya ha recibido correos electrónicos, memes y otros mensajes por la red, en que se manifiestan unos y otros extremistas.

Con motivo del festejo del bicentenario de la conquista, el tema fue abordado sobradamente y se denunciaron abusos y beneficios de tal contienda, entre lo negativo: muerte de casi la mitad de indígenas -principalmente por viremias y tlaxcaltecas-; ataque a la cultura indígena; desaparición de numerosas lenguas autóctonas y casi extinción de otras; destrucción de obras culturales de los pueblos sometidos; derrumbe de pirámides y templos; hasta quema de obras de arte, artesanía, códices y, sobre todo, el daño psicosocial que posteriormente influiría en la construcción de la idiosincrasia del mexicano -tema de otro Diálogo-

En contraste, no olvidemos el enriquecimiento de la que luego sería nuestra cultura, incluyendo idioma, usos y costumbres, hasta creencias religiosas. Queda en la mesa de discusión los avances tecnológicos que aportaron, incluyendo el desarrollo industrial, minería, ganadería y la agricultura.

Lo innegable es la mezcla de sangre -genética- indígena con la ibérica, luego enriquecida con las de otras aportaciones étnicas, que dieron origen a los mexicanos, sumados los contenidos biológicos y gens sociales de americanos, ibéricos y africanos, transformándonos en un grupo específico, diferente -ni mejor o peor- con particularidades que nos identifican.

Otras líneas de análisis -un tanto de ficción- incluyen los "hubiera sido" en el caso del descubrimiento -o no- y colonización por otros humanos, tema que da para desatar la imaginación. Solo le recuerdo que la colonización por los peregrinos ingleses acabó con un proceso de magnicidio, hasta la desaparición de aborígenes norteamericanos, de quienes solo dejaron reminiscencias.

Así, sería más interesante y de provecho para todos intentar comprender ¿cuál es el motivo que mueve a nuestro Presidente López a buscar revivir enconos?; ¿Será un legítimo deseo de reconocer al indígena mexicano?; tal vez ¿Mover la conciencia nacional en cuanto a su trato y defensa de derechos?; quizá ¿buscar, luego del perdón, retribuciones del tipo material?; ¿Interés de satisfacer algunos agravios personales? -al parecer posee herencia genética española-; o simplemente ¿Provocar nuevo tema de discusión como distractor de la problemática nacional desesperantemente irresuelta? ¿Qué opina?

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