Las llamas consumieron todo lo que obtuvieron con los ingresos de Pablo, quien es pepenador.
La familia González Rojas perdió todo en cuestión de minutos. Un incendio que se presume fue ocasionado por un cortocircuito consumió gran parte de su vivienda. Hoy lanzan un llamado de ayuda, tanto a la sociedad como a las autoridades de los diferentes niveles de gobierno, para salir adelante.
El pasado sábado María del Carmen Rojas y Pablo González se quedaron sin hogar y solamente con la ropa que llevaban puesta, cuando se registró el incendio.
Los hechos ocurrieron entre las 23:00 y 24:00 horas mientras la familia se encontraba fuera de casa, a unas cuadras de distancia. Al ver de pronto, a lo lejos, que humo salía de su vivienda, de inmediato acudieron con ayuda de vecinos a intentar sofocar el siniestro. "Bastaron 10 minutos para que todo se consumiera", recuerda María.
Minutos después llegaron los bomberos para apagar por completo el lugar y evitar que revivieran las llamas. "Gracias a Dios, estábamos fuera", dijo la mujer.
La casa se encuentra sobre la calle Prolongación Gómez Palacio número 510 de la colonia San Isidro de esta ciudad, lugar donde solamente quedaron sus muebles y ropa, todo se volvió cenizas.
Dado que las llamas reblandecieron los muros, es un riego regresar a lo que aún queda de su casa, razón por la que pidieron ayuda a sus familiares.
Ahora la familia se encuentra en casa de la madre de María del Carmen, donde con ayuda de vecinas o conocidas han lograron obtener un poco de ropa, la cual resulta insuficiente.
El fuego consumió todo lo que obtuvieron con las ganancias de la pepena que realiza su esposo Pablo recorriendo varios sectores de la ciudad.
Hasta ayer, ninguna autoridad había manifestado su apoyo, pese a que su caso se dio a conocer a través de las redes sociales al día siguiente del incendio.
Ante lo sucedido y la serie de carencias que presentan María del Carmen, su esposo y sus dos hijos, lanzan un llamado de apoyo a la ciudadanía y a las autoridades municipales y estatales para contar por lo menos con ropa y zapatos.
María y Pablo tienen dos hijos: una pequeña de 2 años de nombre Yatziry y su hijo mayor de 10 años de edad, Mario Alberto, quienes también requieren ropa y zapatos.