Del cúmulo de protestas contra el Gobierno federal que hay en el país, la que más llama la atención en estos momentos es la del Frente Nacional Anti-AMLO (FRENA) que este miércoles llegó finalmente al Zócalo capitalino.
Días atrás los manifestantes fueron bloqueados por la policía capitalina y no pudieron avanzar al centro político del país, pero gracias a un fallo judicial ayer los granaderos desaparecieron y los manifestantes llegaron hasta el Zócalo, ahora partido a la mitad por una valla de seguridad.
FRENA es un movimiento que inició hace varios meses con la participación de 67 empresarios, académicos y comunicadores, entre ellos Pedro Luis Martín Bringas del grupo Soriana, Gilberto Lozano, Pedro Ferriz de Con y su hijo Pedro Ferriz Hijar, Rafael Loret de Mola, Juan Bosco Abascal y Salvador Mendiola.
Lozano, quien es ahora el líder más visible, posee una destacada trayectoria profesional: fue obrero, ingeniero industrial, maestro en el Tec de Monterrey, ejecutivo de Alfa y de Femsa, consejero de varios grupos regiomontanos, presidente del Club Rayados y fundador del Congreso Nacional Ciudadano en el 2009.
Al inicio del gobierno de Vicente Fox ocupó la Oficialía Mayor de la Secretaría de Gobernación, pero renunció a los tres meses por la falta de voluntad del régimen para emprender cambios.
El objetivo principal de FRENA es presionar por la renuncia de Andrés Manuel López Obrador antes del 30 de noviembre debido "a los pobres resultados de su gobierno" y para "rescatar a México de las manos del comunismo".
El movimiento está ubicado en el ala derecha de la política, aunque no busca convertirse en partido ni en una fuerza electoral, al menos es lo que dicen en estos momentos. Ha despertado simpatías en el país por haber organizado más de 90 caravanas de autos para demandar la dimisión de López Obrador.
Los críticos de este movimiento -entre ellos opositores de AMLO-argumentan que la renuncia presidencial no está contemplada en la ley por lo que FRENA no llegará a ningún lado. Comentan además que será muy difícil doblegar a López Obrador con estrategias que conoce muy bien como son las marchas multitudinarias y la ocupación del Zócalo.
En efecto, la renuncia no es viable pero sí una solicitud de licencia por parte de AMLO. Sin embargo, si ocurriera antes del 30 de noviembre obligaría al poder legislativo a convocar a una nueva elección presidencial lo que podría empeorar la inestabilidad política y económica en México.
Pero tampoco se vale desacreditar de entrada este movimiento y caer en el juego de López Obrador, quien ya comenzó a denigrar a los líderes de FRENA al calificarlos de fifís y retarlos a que duerman en sus tiendas de campaña en lugar de irse a los hoteles.
Ante la concentración de poder y el autoritarismo mostrado por AMLO, las protestas de organizaciones como FRENA, sean de derecha o izquierda, son saludables para la democracia del país, especialmente si se llevan a cabo de manera pacífica.
Además servirán para poner a prueba a un presidente que tiende a controlar a todos los sectores del país, incluyendo a los opositores de su gobierno. López Obrador tendrá que demostrar tolerancia y empatía de la que parece carecer y deberá acostumbrarse a levantarse en las mañanas y mirar desde su ventana de Palacio que un grupo de ciudadanos, quizás no muy numeroso pero mexicanos al fin, está en contra de su gobierno y demanda su renuncia.
Así es, pues, la democracia señor Presidente, el derecho a la libre manifestación de ideas es primero.
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Apenas anunció su regreso a la vida pública con duras críticas a López Obrador, el excandidato presidencial Ricardo Anaya recibió un atento recordatorio de su paisano Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera: el panista -dijo-- está en la lista de los posibles involucrados en el caso Odebrecht. Anaya difundió parte de su nuevo libro que incluye un amplio diagnóstico del país, aunque su título parece sacado del siglo pasado XX: "El pasado, presente y futuro de México"…
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