Reconoció que la Ciudad de México, además del COVID-19, tiene otros desafíos epidemiológicos.
La secretaria de Salud capitalina, Oliva López Arellano, fue contundente en su mensaje: "Aunque la pandemia está contenida, sigue presente, por lo que no hay que echar las campana al vuelo", sostuvo al comparecer ante los diputados locales como parte de la Glosa del Segundo Informe de Labores de la jefa de Gobierno.
Reconoció que la Ciudad de México, además del COVID-19, tiene otros desafíos epidemiológicos, pues si bien las enfermedades infectocontagiosas no están entre los primeros lugares de mortalidad, sí tienen un peso importante en las causas de morbilidad, como son infecciones respiratorias agudas, infecciones intestinales o urinarias, que tienen tasas de incidencia altas.
"Desafortunadamente la epidemia del COVID-19, nos ha mostrado la gravedad de estas patologías cuando se asocian a esta epidemia. Algunas enfermedades son prioritarias también, como la influenza, aunque son prevenibles por vacunación y monitoreadas", comentó.
Lo mismo ocurre con el sarampión, cuyo brote apareció a principios de año con un caso importado en uno de los reclusorios, hasta llegar a 143 casos, "pero ya llevamos más de 146 días sin evidencia de transmisión viral, después de haber realizado 86 cercos epidemiológicos", reveló.
Destacó que para garantizar el derecho de protección a la salud, la Secretaría a su cargo cuenta con una infraestructura de 11 hospitales generales, 10 pediátricos, seis materno-infantiles, uno de especialidades, otro integral comunitario y uno más que es la Torre Médica Tepepan, que atiende a población privada de la libertad.
Asimismo, dos clínicas de especialidades toxicológicas y 230 centros de salud, clínicas de especialidad, 28 unidades móviles, 31 UNEMES-CAPA, que son estos Centros de Atención y Prevención a las Adicciones, un UNEME-CAPA SIP, siete UNEMES para enfermedades crónicas, cinco unidades médicas en comunidades de adolescentes y ocho unidades médicas en reclusorios.
