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EJERCICIO FÍSICO Y DIABETES

Jorge Galván Zermeño

La difusión del ejercicio como práctica para una vida saludable ocasiona que cuando un paciente practicante habitual de ejercicio recibe el diagnóstico de Diabetes enfrente una gran cantidad de dudas, en algunos casos esto provoca una situación frustrante, algunas personas toman esta enfermedad como el final de una vida deportiva por miedos infundados, otros buscan la asesoría para iniciar o continuar una actividad física dirigida que los lleve a evitar o mejorar los efectos de este padecimiento.

La Diabetes se clasifica en diabetes tipo 1 y diabetes mellitus ó tipo 2, diabetes gestacional y en diabetes de otros tipos. Nos ocuparemos en esta entrega de la diabetes tipo 2.

La diabetes mellitus es el tipo más común y representa el 85-90% de los enfermos diabéticos. Se caracteriza por un aumento en las cifras habituales de azúcar en sangre por resistencia a la insulina (hormona que regula el azúcar en la sangre), aun cuando ésta se produzca en cantidades normales e incluso aumentadas, que no son capaces de mantener unas cifras normales de glucosa en sangre, lo que se asocia a un defecto en la secreción de esta hormona, por la incapacidad de compensar la resistencia a la misma por los tejidos a utilizarla.

Los pacientes susceptibles a la diabetes suelen ser personas con una importante carga genética, obesos, con incremento en la grasa abdominal, que aumentan el riesgo de padecer éste trastorno con la edad, el sedentarismo, la hipertensión arterial y las dislipidemias (alteraciones de los lípidos en sangre), estos trastornos integran un síndrome denominado cardiometabólico en el que se observa además de la resistencia a la insulina, hiperinsulinemia compensadora, alteraciones en los marcadores para lípidos, complicaciones macro y micro vasculares, es común que ésta enfermedad pase desapercibida durante años, sobre todo cuando no se observan síntomas clásicos de la enfermedad, desafortunadamente éstos aparecen por lo general cuando los valores son mayores a los 200mg/dl, pasando debajo de éstas cifras desapercibida.

Aparte del tratamiento con medicamentos, la indicación de un plan de alimentación y de actividad física en forma regular ofrecerá al paciente un mejor control de la glicemia, de los lípidos y de la presión arterial.

Se observará progresivamente un mejor estado cardiovascular, lo que retrasa o disminuye la posibilidad de desarrollar alteraciones macro y microvasculares, sin embargo es necesaria la vigilancia médica periódica para establecer los márgenes de actividad en base a la observación de las cifras de glicemia y control clínico de las modificaciones en aparatos y sistemas que se pudieran presentar, entre ellas a nivel oftálmico, renal, vascular, o de una neuropatía. Es frecuente la aparición de lesiones en los pies, que a menudo pasan desapercibidas por resultar poco dolorosas debido al deterioro neurológico, esto hace que el pie del diabético tenga especial importancia entre las personas que inician en la actividad física regular. Se recomienda pues el seguimiento y control médico de la enfermedad y de la actividad.

¡Hasta la próxima!

*Jorge Mario Galván Zermeño *[email protected]

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