La toma se dio a pesar de que la seguridad se había reforzado.
El grupo de mujeres que mantiene tomada la sede de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) exigió la renuncia de la titular del organismo, Rosario Piedra, pues de lo contrario, advirtieron, tomará más instalaciones.
"La solución es que renuncie, que tenga tantita dignidad y que mejor se vaya, lo que ya se robó que se lo quede, pero ya que se largue", lanzó Yesenia Martínez, líder del colectivo Ni una menos.
"Que renuncie la señora Rosario Piedra, que renuncie o le vamos a empezar a tomar toda la CNDH en todo el País, esa señora no sirve, no importa nada más ser mujer, somos feministas ".
Yesenia, cuya hija murió lanzada de un quinto piso hace cinco años, advirtió también que si el personal del organismo no acude al edifico del Centro Histórico a recoger los expedientes qué hay, quemarán todos los documentos.
"La verdad me estorban, tenemos muchas familias que necesitamos meter a que descansen y nada más nos estorban, por tener las oficinas cerradas por tener sus papeles", agregó.
"No les pienso entregar estas instalaciones. Lo expropiamos, como pueblo", insistió.
La toma se dio por unas 10 mujeres, a pesar de que la seguridad en el inmueble se había reforzado en semanas pasadas.
Luego de que Rosario Piedra denunciara a inicios de julio que había recibido amenazas de muerte, el personal de seguridad en el inmueble de la calle República de Cuba, número 60, fue renovado.
Además de dos policías auxiliares en la entrada, fueron añadidos dos elementos más de seguridad vestidos de civil, confirmó personal de la CNDH.
Cualquier visitante debía pasar un arco detector de metales y permitir que su mochila o bolsa fuera revisada en una máquina de rayos x, sólo entonces se habría una reja metálica para entrar al primer patio del edificio.
Otro policía se encontraba en la planta alta, donde está la oficina de Rosario Piedra y la sala de juntas en la que el miércoles se amarró Marcela Alemán, madre de una niña violada cuando tenía cuatro años.
Sin embargo, el viernes pasado un grupo de mujeres del colectivo "Ni una menos" entró sin mayor obstáculo. Los policías se hicieron a un lado, las mujeres incluso leyeron un posicionamiento anunciando la toma de las instalaciones y la reja sólo tenía sobrepuesto un candado que fue retirado manualmente.
INDIGNA POSTURA
Érika Martínez, madre de una niña víctima de violación y que participó en la intervención al cuadro de Francisco I. Madero en la CNDH, reprochó al presidente Andrés Manuel López Obrador indignarse por las pintas al cuadro y no por los abusos contra su hija.
"Quiero decirle a ese presidente que cómo se indigna por este cuadro, por qué no se indigna cuando abusaron a mi hija", indicó al exterior de la sede.
