La visita del presidente López Obrador a la Comarca Lagunera, ofrece la oportunidad de interpelar al Gobierno que encabeza, respecto a los avances del proyecto de potabilizar las aguas del Río Nazas, en el que están cifradas las expectativas de satisfacer la demanda de agua limpia y saludable, en la zona conurbada de la Laguna y en toda la región.
En junio del año pasado el presidente anunció el proyecto Agua Saludable para la Laguna, en respuesta a los reclamos de una sociedad civil interesada en resolver el problema ancestral de abasto de agua potable. Desde hace más de veinte años la escasez ha derivado en un problema de salud, en virtud de que el agua para consumo humano se extrae de mantos subterráneos, en los que debido a la sobreexplotación para uso agrícola, se han concentrado niveles de arsénico que superan los máximos tolerados por la Organización Mundial de la Salud.
La explotación en exceso implica que en la cuenca baja del Río Nazas, se extrae el doble del volumen de recarga natural del acuífero subterráneo, lo que año con año aumenta un déficit que causa la concentración creciente de arsénico en el agua del subsuelo. Además del exceso referido, según denuncia del colectivo de organizaciones ambientalistas Encuentro Ciudadano Lagunero, el problema se agrava porque al menos un tercio del agua, se extrae por encima del volumen concesionado para uso agrícola, de cuya falta de control es responsable la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
El problema exige una solución integral mediante la aplicación de diversos remedios en las vertientes mencionadas, y se requiere además renovar las tuberías de los sistemas de agua y drenaje, para reducir el desperdicio por fugas, que se estima en un cincuenta por ciento del volumen conducido. El detener la sobreexplotación del acuífero y renovar las redes de conducción, son tareas de control y mantenimiento que deben ser atendidas de modo permanente por la propia CONAGUA y los gobiernos municipales, en la esfera de sus respectivas competencias.
La construcción del acueducto y planta potabilizadora es prioridad en el plan hídrico integral de la región, porque incide en forma directa e inmediata en el propósito de obtener agua limpia, saludable y libre de arsénico para consumo humano, aprovechando las aguas del Río Nazas en abasto de las comunidades urbanas y rurales de la Comarca Lagunera, de Coahuila y Durango. La obra es un compromiso del Gobierno de López Obrador asumido en junio del año pasado, y es tiempo de dar a conocer un calendario que permita dar seguimiento a su realización.
Dada la semejanza en la magnitud del reto y en la naturaleza de la obra, es pertinente citar el caso del Acueducto Independencia en el Estado de Sonora, mediante el cual el entonces gobernador Guillermo Padrés, consiguió surtir a la ciudad de Hermosillo con setenta y cinco millones de metros cúbicos anuales de agua procedente de la Presa Plutarco Elías Calles (El Novillo), que se ubica en la Sierra Madre Occidental y contiene y regula las aguas del Río Yaqui, resolviendo así un problema histórico de desabasto de agua potable en la capital de aquella entidad.
Padrés anunció el proyecto a principios de 2010; ese mismo año inició la construcción del acueducto con una tubería de cincuenta y dos pulgadas de diámetro, y una longitud de ciento treinta kilómetros, el doble de largo del acueducto que se requiere para traer agua de la Presa Francisco Zarco (Las Tórtolas), a nuestra zona metropolitana. La obra fue concluida y el acueducto comenzó a surtir agua potable a los hermosillenses en abril de 2013, tres años después de anunciado el proyecto.
La construcción del Acueducto Independencia en el Estado de Sonora, es un ejemplo de que el elemento esencial de toda obra pública es la voluntad política y en el caso, corresponde al presidente López Obrador acreditar la voluntad de su Gobierno, para resolver el abasto de agua saludable para la Comarca Lagunera.
