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El duelo EUA-China en doce frentes (II)

Urbe y orbe

ARTURO GONZÁLEZ GONZÁLEZ

La pandemia de COVID-19 y sus efectos han agravado la crisis sistémica global que se viene desarrollando desde hace dos décadas. Esta crisis es el marco del enfrentamiento entre las dos grandes potencias del momento. La semana pasada revisamos seis de los frentes abiertos entre Estados Unidos y China que afectan de forma directa o indirecta a todo el mundo. Hoy toca revisar los otros seis frentes de este encontronazo geopolítico que está marcando al siglo XXI.

7. Carrera económica. Mientras EUA busca reactivar lo antes posible su economía en medio aún de la pandemia, China ha logrado contener el brote en su territorio y reactivar su economía. La caída del Producto Interno Bruto (PIB) del gigante americano apuntaba al cierre de junio a un valor anualizado de 32.9 %, en contraste con el repunte interanual de 3.2 % de la potencia asiática. Es decir, mientras la economía estadounidense continuaba su hundimiento, la china se encontraba ya en ascenso. Este dato es muy relevante ya que no sólo apunta a cuál de los dos podrá superar primero la crisis, sino que podría implicar un recorte significativo en la distancia entre las dos principales economías del orbe, una distancia que en los últimos cuarenta años Pekín ha venido disminuyendo de forma constante ante la mirada cada vez más celosa de Washington.

8. Carrera armamentista. EUA y China son, por mucho, los países que más invierten en equipar, modernizar y ampliar las capacidades de sus Fuerzas Armadas, y en los últimos años han aumentado sus gastos militares considerablemente. Para darnos una idea, EUA gastó el año pasado 732,000 millones de dólares (mdd) y China 261,000 mdd, cantidades muy superiores a lo gastado por India, 71,000 mdd, tercer estado que más invierte en armamento. La capacidad de fuego de Pekín inquieta a Washington, sobre todo por el acercamiento cada vez mayor que el régimen asiático está teniendo con Moscú, que posee hoy por hoy con el arsenal nuclear más grande y sofisticado del mundo. A decir de la propia doctrina militar estadounidense, revisada recientemente, China y Rusia en conjunto tienen la posibilidad de desafiar a las fuerzas armadas americanas y sus intereses en todo el orbe.

9. Carrera espacial. No, no sólo tiene que ver con la conquista de Marte. Se trata, sobre todo, del control del espacio exterior y su posible uso con fines bélicos, por lo que este ámbito se vincula con el anterior. Similar a lo ocurrido en los tiempos de la Guerra Fría del siglo XX, las principales potencias han establecido un duelo por desarrollar la ciencia y tecnología necesarias para alcanzar el predominio en el cosmos. Una muestra de la importancia que tiene este sector para las principales potencias la dan las recientes acusaciones que ha lanzado EUA contra China y Rusia por el posible desarrollo de armas antisatélites que pudieran afectar estratégicamente las comunicaciones en Occidente, así como la creación de la llamada Fuerza Espacial norteamericana para proteger los intereses de la superpotencia más allá de la atmósfera terrestre.

10. Hostilidad diplomática. EUA ha criticado seriamente y aplicado sanciones por la nueva ley de seguridad nacional en Hong Kong y la consecuente pérdida de autonomía del antiguo enclave británico. China ha reaccionado sancionando a personas, organizaciones y medios pro occidentales. Además, los cuestionamientos por el trato que reciben los musulmanes uigures que viven en el noroeste de la nación asiática han ido en aumento. Persecución, violaciones a los derechos humanos, adoctrinamiento forzoso, son algunos de los señalamientos que se hacen desde EUA y Europa al régimen de Pekín, quien justifica las medidas como parte de una estrategia de seguridad para prevenir el terrorismo islamista. Por si fuera poco, Washington ha intensificado sus acercamientos con Taiwán, territorio que la China continental reclama como parte de su soberanía negándole la independencia que ansía la isla, cuyo gobierno observa con creciente preocupación la supresión de la autonomía de Hong Kong.

11. Hegemonía monetaria. Aunque el fin del dólar como divisa común internacional está aún lejos, China ha comenzado a establecer transacciones comerciales con sus principales socios en yuanes, hecho que algunos analistas interpretan como una estrategia de debilitamiento gradual de la moneda estadounidense. Por ejemplo, China ha comenzado a comprar futuros de petróleo con el yuan como moneda referencial, además de que buena parte de sus intercambios comerciales con la vecina Rusia se hacen ya en la moneda del gigante de Asia. Esta estrategia, aunada a la creciente compra de oro por parte de estos dos países, ha llevado a varios analistas a pensar que Pekín busca disputar la hegemonía monetaria al dólar estadounidense.

12. Oriente Medio. Desde hace más de un siglo, esta región ha sido escenario de diputas geopolíticas. Estas pugnas han adquirido un renovado aliento tras el desastre ocasionado por EUA con sus guerras en Irak y Afganistán, y sus intenciones fallidas de derrocar regímenes incómodos en Siria, Turquía e Irán. Respecto a este último país, la reactivación de las sanciones por parte de Washington y sus claras medidas de acorralamiento contra el gobierno de los ayatolás, están llevando a Teherán a fortalecer relaciones con China, la cual se ha mostrado dispuesta a desafiar las sanciones de EUA con tal de aumentar su presencia y acceso a recursos naturales en el Golfo Pérsico y Asia Central, vitales para su Nueva Ruta de la Seda. China se ha erigido, junto con Rusia, como la gran alternativa a la otrora pax americana en Oriente Medio.

Los doce frentes descritos en este espacio son sólo los más relevantes, pero existen otros focos de rivalidad y disputa. Por ejemplo, África subsahariana y América Latina, ambas regiones muy importantes por sus abundantes materias primas y crecientes mercados, dos factores necesarios para la gran maquinaria industrial China. A cambio de ellos, Pekín se ha mostrado dispuesta a ofrecer créditos sin condicionantes políticas, inversión en infraestructuras y bienes de consumo y servicios tecnológicos de alta calidad a bajo precio. Para EUA esta fórmula resulta una competencia desleal y, en suma, un desafío más a su predominio económico global, visión que difícilmente se modificará incluso con un cambio de inquilino en la Casa Blanca. Son muchos los frentes y demasiados los intereses. El duelo llegó para quedarse.

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