Gabriela Hernández: versatilidad en el sax

Su inquietud se la manifestó de manera temprana. Aunque en su entorno no había elementos que la sedujeran al ámbito musical, dentro de ella se anidaba una necesidad pura que buscaba saciar con peticiones, como el pertenecer al coro de la iglesia a la que asistía los domingos con sus padres.

Gabriela Hernández Valenzuela, se lo soltaba a su madre cada que tenía oportunidad: "Quiero ser parte del coro de la iglesia", pero sus palabras se esfumaban en el aire y su deseo no era concedido. Cansada de la negación, la pequeña Gabriela empezó a monitorear a una joven que era parte del grupo y que tenía que pasar por su casa para asistir a los ensayos, en uno de esos días la interceptó y le expresó que ella quería pertenecer al coro. Fue así que la joven habló con su madre y Gaby comenzó a cantar cada domingo. En ese entonces, recordó, tenía apenas cinco años.

Para los ochos, una guitarra se le acomodó entre sus brazos e inició a navegar entre las bondades de sus cuerdas. Pero su sentencia definitiva con la música sería tiempo después y prendida de un instrumento que al día de hoy la define como músico y cada vez más le abre más puertas: el saxofón.

Fue en la Banda Juvenil Salvador Jalife Cervantes, que Gabriela, aconsejada por su madre de que descubriera la sonoridad de otro instrumento, que eligió el sax, instrumento con el que experimentó varios encuentros nacionales, como parte de esta agrupación que fungía como una municipal, solo que dirigida a niños.

"En la Banda Juvenil Salvador Jalife Cervantes, era como una municipal pero para niños, te enseñaban a leer notas, nos íbamos a encuentro nacionales e iban otros maestros de varias partes de México. Muchas veces nos tocó ir a Jalisco a Zacatecas, Chihuahua, iban gente de muchos otros lugares. En un fin de semana llegábamos, ensayábamos y conocíamos a los maestros de cada banda. Iban músicos de muchos ligares, fácil se juntaban, alrededor entre 300 y 500 músicos, entre varias bandas".

Esa experiencia le dio oportunidad a Gabriela de foguearse cada vez más en el ambiente musical y sobre todo de describirse tocando sobre escenarios importantes de cada región a la que acudía, aunque siendo parte de una banda, también como ser individual dispuesto a absorber todo el conocimiento que le fuera posible.

Actualmente Gabriela tiene 25 años y en su camino ya ha musicalizado la mayoría de los recintos culturales de La Laguna, asimismo ha sido telonera de grupos como Matise, Morat y Motel.

Como anécdota, la joven músico, compartió, que hace dos años fue parte del festejo de cumpleaños de Pablo Montero, cantante lagunero que sobresale en el género regional mexicano que le aplaudió su talento y la felicitó por su maestría con el sax.

En ese tenor, la saxofonista expresó que su conexión con el instrumento es fuerte, pues cuando comenzó a explorarlo dedicaba cada día más de ocho horas a su estudio. También dijo, le agrada el sensual y dulce sonido que se desprende de este, cada vez que ella lo activa.

La evidente destreza que demuestra abrazada de su sax, sumado a su versatilidad, es lo que la hace sobresalir entre a los que se dedican a la música en la región. "Toco un poco de todo, soy versátil, pop, canciones comerciales, reguetón traigo poco, instrumental, pop 80, rock en ingles viejito, y regionales acústico viejas, varía mucho".

También, Gabriela, no discrimina ninguna plataforma para mostrar su talento, pues bien puede ser un bar, un teatro, una explana o un salón de fiestas, y ella se conectará igual con su saxofón, el instrumento con el que sale a flote en el mar musical.