Encuentro. La artista Márgara Garza con autoridades del Museo Dante de Florencia y de la Embajada Mexicana en Italia.
En casa de su bisabuelo (Isauro Martínez) y en el entorno de sus padres, Márgara Garza (Torreón, 1951) tuvo desde pequeña una afinidad por el ejercicio artístico. Las técnicas y perspectivas de los creadores que iba conociendo, captaron su atención y se percató de que en cada obra existe una visión del mundo, con un sello distintivo.
Recuerda que cuando era niña, con el teatro Isauro Martínez recién rescatado, comenzó un a efectuarse movimiento artístico muy importante en La Laguna. En aquella reactivación cultural, Garza convivió con el arte de exponentes como el español Salvador Tarazona (artista que decoró el recinto).
"Yo soñaba con algún día poder hacer eso a mi manera, y desde mi punto de vista, plasmar lo que veía y lo que sentía".
Así, inició tomando clases con la maestra Estela Argumedo y también tuvo la influencia de artistas como Gilberto Aceves Navarro. Para Garza, todas las artes despiertan un gran interés en los espectadores para conocer más sobre ellas. Escuchar música puede ser el aliciente para recordar alguna obra que se contempló en un momento de la vida. La poesía también da rienda suelta a este imaginario donde la influencia de artistas funge para construir un discurso propio.
INSPIRACIÓN
Tras ocupar cargos públicos en el sector cultural lagunero, fue en 2003 cuando Márgara Garza decidió dejar Torreón para mudarse a Zirahuén, Michoacán. En esa conexión natural que le otorgaron los bosques purépechas, se permitió retomar su formación como artista.
"Estar en contacto con el bosque, con su cercanía, con su proximidad, brinda unas sensaciones especiales muy hermosas. Eso me hacía, de alguna manera, ser parte de esa emoción. Por eso mis primeras series las basé en esta experiencia del bosque".
Otra de sus herramientas es la filosofía. La cátedra del maestro Raúl Durana, en la Universidad Iberoamericana, le hizo explorar las ideas de autores como Carl Jung y Gaston Bachelard manifiestan en sus escritos: la noción de que el ser humano es lo que crea.
"Nosotros somos los artífices de nuestro propio interior. En la metáfora siempre me imaginé como un nido, como que nuestra vida se basa en construir a nuestro alrededor todo lo que queremos tener cerca".
Es así como dos series completas de Garza están basadas en esa visión del nido. Pincel en mano, trasladó hacia el lienz a los nidos que veía en los árboles de su alrededor
EXPERIENCIA EN ITALIA
En 2019, Márgara Garza expuso su obra por vez primera en Roma. El lugar que albergó la muestra fue la Galería Medina Roma y la serie trató sobre unos paisajes realizados con la técnica encáustica, que además de pigmentos emplea cera de abeja.
En febrero de 2020, Garza fue invitada a exponer en Florencia, en el Museo Dante, con el tema de los siete pecados capitales a través de ocho obras. La conexión se realizó gracias al doctor Ulises Verde del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El día 22 de febrero, Márgara Garza logró viajar a Italia, justo antes de que la pandemia llegara al país de la bota. Otra situación destacada que la artista lagunera también fue invitada a pertenecer a la Societá Delle Belle Arti del Circolo Degli Artisti de la Casa di Dante. "Es una asociación que promueve llevar muchos eventos culturales al resto de Italia".
Ante la actual contingencia, comparte que observa un panorama cultural participativo y que los organismos se han preocupado por la divulgación artística a través de los medios virtuales.
En lo personal, actualmente se prepara para participar, junto a otros mil artistas mexicanos, en una exposición organizada por el Seminario de Cultura Mexicana en Sinaloa. También comenta de una muestra en Pátzcuaro, invitada por artistas locales.
"También estoy preparando, en este momento, una exposición acerca de todo lo que he sentido desde que regresé de Italia y empezó la pandemia, pues he estado tratando de plasmar mis sentimientos y todo lo que veo en el mundo", concluyó.
