Los opositores fueron detenidos mientras iban en un taxi, tras concluir anticipadamente la reunión. (ARCHIVO)
La Policía de Nicaragua disolvió este sábado una reunión de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco y detuvo a ocho de sus participantes sin mostrar orden de arresto, informó el movimiento disidente.
Los opositores fueron capturados mientras viajaban en un taxi, tras concluir anticipadamente una reunión que fue asediada desde su inicio por agentes de la Policía Nacional, según dicha Unidad.
"Nuestra Constitución Política reconoce el derecho a la reunión pacífica. Hoy, nuevamente ese derecho fue violentado, la policía de la dictadura detuvo a integrantes de la Unidad Nacional en Estelí (norte), ¡Exigimos se respete nuestro derecho a organizarnos!", señaló el movimiento en un comunicado.
Un portavoz de la Unidad confirmó que siete de los detenidos fueron "fuertemente golpeados" por los policías, mientras que otro fue sometido a un interrogatorio, antes de que todos fueran liberados.
Otros integrantes de la Unidad permanecieron encerrados en el inmueble donde se desarrolló la reunión bajo asedio de la Policía nicaragüense, según el movimiento disidente.
En el grupo de los asediados estaban los integrantes del Consejo Político de la Unidad Félix Maradiaga, Tamara Dávila, y Jesús Tefel, quienes lograron salir del lugar y regresar a Managua de forma segura.
La Policía de Nicaragua mantiene una estricta prohibición de expresiones de rechazo hacia el presidente del país, Daniel Ortega, desde 2018, cuando el Gobierno silenció protestas masivas contra el gobernante con ataques armados que dejaron cientos de muertos, presos o desaparecidos, miles de heridos y más de 100,000 nicaragüenses en el exilio.
Horas antes la Policía había detenido al excanciller Francisco Aguirre Sacasa (1997-2002), un crítico de Ortega, al que presentó esposado ante las cámaras, por supuestamente estar involucrado en el robo de dos campanas de una parroquia, y luego lo dejó en libertad.
"Hacemos hincapié en la prolongación del Estado de excepción de facto, en el que se mantienen severamente limitados derechos como la libertad de reunión y asociación, a la libertad de prensa y expresión, entre otros", resaltó la Unidad.
Nicaragua no vivía una crisis sociopolítica similar desde la década de 1980, también con Ortega en la presidencia.
