Las autoridades electorales sirias presentan el reporte de las elecciones del pasado domingo. (EFE)
Poco más del 33 por ciento de los votantes sirios registrados acudieron a las urnas en las elecciones parlamentarias que se celebraron el domingo, en medio de una grave crisis económica y tras más de nueve años de conflicto, anunció la Comisión Judicial Electoral Suprema.
En una rueda de prensa en la capital Damasco, el presidente de esa comisión, Samer Zamriq, dijo que un total de 6,224,687 de personas votaron, esto es el 33.17 por ciento del electorado, frente al 57.56 por ciento en los comicios de 2016, en los que participaron un total de 5,850,444 electores.
Este año las elecciones han podido celebrarse en la mayor parte de las zonas de Siria, donde ya no hay combates y que han vuelto a estar dominadas por el Gobierno del presidente Bachar al Asad, excepto la provincia de Idlib (noroeste) y otros territorios del norte del país.
Sin embargo, las votaciones tuvieron que repetirse el lunes en cinco centros electorales en las provincias de Alepo (noroeste) y Deir al Zur (este) debido a algunas irregularidades, señaló la Comisión Judicial Electoral Suprema.
Casi 7,300 colegios abrieron sus puertas el domingo a las 07:00 hora local (04:00 GMT) y el cierre de las urnas fue pospuesto hasta las 23:00 hora local (20:00 GMT).
Los votantes, que tuvieron que portar mascarilla y respetar otras medidas sanitarias debido a la pandemia del coronavirus, pudieron elegir entre 1,656 candidatos, de ellos 200 mujeres, que optan a los 250 escaños que conforman el Parlamento unicameral.
Sin embargo, esos escaños ya están repartidos de antemano: 166 están reservados al histórico partido gobernante Baaz del presidente Al Asad, 65 son para candidatos independientes y el resto para otros partidos tolerados por las autoridades de Damasco.
La mayor parte de la oposición siria se encuentra exiliada fuera del país desde el estallido de la revuelta de 2011, que degeneró en un conflicto armado que ha causado más de seis millones de desplazados internos y 5.5 millones de refugiados.
A pesar de que los niveles de violencia han disminuido en gran parte del país, su economía está devastada y la ONU estima que un 83 % de los sirios viven bajo el umbral de la pobreza, con menos de 100 dólares al mes.
