EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Opciones hídricas (II)

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

En la literatura ambiental se han documentado casos de ecocidios o suicidios ecológicos en los que las personas destruyeron inadvertidamente los recursos naturales de los que dependían sus sociedades. Como resultado ocurrió un proceso de autodebilitamiento o pérdida de resiliencia que a la larga condujo a la desaparición de la sociedad.

En esta línea se encuentra el uso del agua en nuestra Comarca Lagunera, que ya es vox populi, se sabe que: en esta región ocurrió la destrucción de su principal recurso, el agua, a través de acciones como la construcción de presas que redujo la recarga de los acuíferos subterráneos, la pavimentación de canales, la perforación desmedida de pozos, el uso de tecnologías de ahorro del agua para sembrar más y ganar más, sin ahorro alguno, el uso de especies forrajeras que requieren de forzamientos ecológicos para tener éxito, la creación de un emporio agroindustrial que nos llenó de arrogancia al grado que por mucho tiempo nuestro lema como región "era" ¿es?: Vencimos al Desierto. Pero la realidad fue otra, nuestro arrogante dominio de la naturaleza se ha convertido en un proceso de desertificación que conduce a un ecocidio.

Es evidente que este sistema de gestión del agua es ilegítimo, puesto que no es razonable y carece de sensatez y justicia. Ante esta situación ¿es posible darle legitimidad a este sistema de gestión del agua? En mi opinión es posible si conforme a la ley actual de Aguas Nacionales o la Ley Aguas que actualmente se discute en el Congreso, se garantizaría la seguridad jurídica de un aprovechamiento sustentable, que implicaría reducir por lo menos el consumo vigente de agua subterránea al equivalente a la recarga actual de aproximadamente 500 millones de metros cúbicos. Esto tiene sentido si se entiende el hecho de equilibrar la recarga con la extracción, de esta manera dejaría de abatirse el nivel del agua subterránea, y en años buenos de lluvia seguramente habría un incremento en el nivel freático y de manera natural se reducirían las sales de arsénico, actualmente con concentraciones por arriba de la Norma Oficial Mexicana.

En la Laguna hay una disponibilidad de agua para la agricultura de aproximadamente 1500 millones de metros cúbicos, 1000 que se extraen de las presas y 500 del acuífero subterráneo, con esta gran cantidad de agua, seguramente se podría hacer una planeación de su aprovechamiento sin afectar a los sistemas de producción agropecuarios actuales.

No obstante, es importante reconocer que todos los cambios que implican lo anteriormente mencionado, provoca un rechazo en el medio agropecuario por las limitantes obvias que significan. Sin embargo, quizás es tiempo de enfocar las cosas desde una perspectiva diferente, más incluyente socialmente, como el del desarrollo humano que centra el objeto de dicho desarrollo en un sujeto colectivo: el país, la sociedad, la Comarca Lagunera.

"Por que de acuerdo con algunos autores del campo de las ciencias sociales y de las ciencias económicas y la política pública, se ha asociado el desarrollo humano con crecimiento económico, con generación de riqueza, con bienestar, con progreso, con modernización".

Incluso no vendría mal, en el mismo tenor, enfocar las cosas desde la perspectiva de la compasión entendida esta como un valor humano que conjuga la empatía y la comprensión hacia el sufrimiento de los demás.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: A la ciudadanía editorial A la ciudadanía

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1719457

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx