En aras de continuar con el éxito que ha tenido el Model 3, llega a México un producto más de la empresa de Elon Musk: la deportivo-utilitaria mediana Model Y. (EL SIGLO DE TORREÓN)
En aras de continuar con el éxito que ha tenido el Model 3, llega a México un producto más de la empresa de Elon Musk: la deportivo-utilitaria mediana Model Y. El vehículo fue presentado en marzo de 2019 y su entrada a nuestro país es inminente para finales del año en curso. Sin embargo, tuvimos la oportunidad de manejar, en exclusiva, la primera unidad ya con holograma de importación a territorio mexicano.
Con la presión de otros fabricantes esforzándose por ofrecer alternativas dentro del mercado de mayor atracción, el de SUV medianas, el arribo se da muy a tiempo para lo que se conocerá en México como "Y griega", "Yé" o, incluso, el anglizado 'wai'; como prefiera pronunciarlo el comprador. Como sea que la llamen, puede transportar hasta siete pasajeros, con un volumen de carga de casi dos metros cúbicos.
El diseño exterior es decididamente dinámico, sin llegar a los extremos de su próxima hermana de gama, Cybertruck. Su línea sobria está rematada en la parte superior por un astronómico techo acristalado de una sola pieza.
Al frente la notoria ausencia de parrilla se compensa con una ventila horizontal para la batería y frenos, con los faros principales en un conjunto definido por líneas delicadas, pero sin exageraciones. Los faros de niebla delgados complementan el conjunto gestionado por la pluma de Franz von Holzhausen.
La marca ofrece rines en 19 o 20 pulgadas y la unidad que probamos goza de un distinguido juego con 10 brazos en forma de álabe de turbina, acabado negro brillante, y calzando llantas 255/40 R20 Goodyear Eagle F1, de clasificación mud and snow (M+S).
La cabina es una celebración del diseño nórdico, concentrando todos los controles posibles en la pantalla central de 15 pulgadas.
Los asientos, acabados en piel, envuelven al conductor, pero sus posiciones pueden ajustarse con palancas físicas de activación eléctrica. Un detalle desconcertante es la apertura de la guantera, pues está también en la pantalla; una novedad más para una marca caracterizada por sorprender.
Está preparada para un nivel de conducción autónomo supremo que, si bien esa función aún no está autorizada, podemos encontrar las cámaras guía en el parabrisas, en los acentos triangulares pasando las polveras frontales, y en los postes B. Lo que sí está presente es el frenado automático de emergencia y la función de seguimiento a tráfico.
En una primera impresión la Model Y es una verdadera bestia silenciosa. Su torque está disponible de inmediato y el poder se transmite al asfalto en ambos ejes sin tardanza alguna, obviamente, sin turbo lag de por medio, ni indecisión que interfiera en el goce de capacidades.
Su aceleración es de hasta 3.7 segundos para el cero a 100 km/h en la versión Performance. En la Model Y que probamos, este indicador se ubica en los 5.1 segundos, lográndolo con gran aplomo y control, sin sustos ni coleteos. Ambas versiones están impulsadas por un motor en cada eje con control digital, derivando en una tracción integral inteligente que será la delicia del entusiasta.
Llama la atención cómo resulta diferente la gestión del acelerador entre vehículos de combustión interna y eléctricos, pues en éstos casi llega a funcionar como un pedal de control único. El pedal del freno poco se usa en la ciudad, pues basta con quitar presión en el acelerador para que el recuperador de energía empiece a hacer su trabajo y el auto comience a reducir la velocidad.
El tono de la suspensión es sumamente fidedigno al comunicar la condición del pavimento debajo de las llantas, pero sin ser incómodo o intrusivo. No es la típica SUV temblorosa o coleteadora, sino que se conduce con alta deportividad.
El trazo del volante es preciso como un bisturí, con un manejo que remite a lo esperado en un competidor como puede ser Porsche Cayenne.
La Model Y carece de llave. En su lugar se usa una delgada tarjeta que es solo un respaldo, pues la marca pone a disposición del conductor una aplicación de celular que permite traerla al lugar donde se encuentre, abrir la unidad, encender el aire acondicionado y consultar la carga de la batería, entre otras funciones.
Tesla ofrece dos versiones en nuestro mercado: Autonomía Mayor y Performance, con precios iniciales ubicados en un millón 447 mil 900 y un millón 665 mil 900 pesos, de manera respectiva. La velocidad tope de la Performance está limitada a 233 kilómetros por hora; la de la Autonomía Mayor, a 217 km/h.
La autonomía, detalle crítico en autos eléctricos, se ubica en los 507 y 509 kilómetros respectivamente, desde carga completa y bajo una conducción mesurada. Como otros productos de la marca, la carga completa en el supercharger toma, máximo, 45 minutos, y la nocturna es de pocas horas.
Como anécdota, experimentamos esta función con un Model S P100D una fresca noche en Texas. En realidad, bastaron 35 minutos para llevar el indicador de carga desde un alarmante 1% hasta 98%.
La Tesla Model Y no está sola dentro de su segmento en México: Audi ostenta el e-tron, SUV de tamaño mediano con precio base de 1.91 millones de pesos. Jaguar tiene la I-PACE, felina unidad de altas prestaciones, en 2.1 millones de pesos. Y está por verse cuánto costará la opción de Mercedes-Benz, denominada EQC, que también está a semanas de irrumpir en territorio nacional.
Por otro lado, su hermano menor, Model 3, arrasó en el segmento premium de sedanes compactos con más ventas que todos sus competidores juntos en los Estados Unidos.
La Model Y llega con los efectos de la pandemia a un mercado con marcada afectación en su economía, por lo que está por verse cuál será su gráfica de ventas en los siguientes meses. Quienes tengan la oportunidad de hacerse de esta propuesta, habrán tomado una decisión electrificante.
