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Radicales

Diálogo

YAMIL DARWICH

La polarización, en física, se refiere a la alineación de los elementos atómicos, pero también se utiliza para definir posturas humanas en cuestiones de filosofía, sociología, hasta política.

Por ello, en política, el término más exacto es radicalizarse, expresión que define la postura de un grupo o persona por ser intransigente o extremista, que comúnmente llega al fanatismo.

Al parecer, el mundo se está radicalizando ante posturas de jerarquización valoral; se observa en usos y costumbres sociales y en cuestiones de política.

En México sufrimos especial efecto negativo al promoverla politiqueros que llevan al fanatismo y tomar posturas extremas. Guadalajara y CDMX. ejemplos.

La radicalización entre grupos y personas se presentan cuando una de las partes se siente derrotada en su postura y, por lo común, acude a la sinrazón; la parte contraria responde de igual manera, polarizando declaraciones y acciones.

Es el triunfo de la fuerza irracional, muchas veces brutal, de quienes utilizan la violencia verbal, física y hasta intelectual para desacreditar al contrario.

Con el tiempo, la sociedad ha desarrollado criterios que en refranes populares expresan realidad: ´todos los extremos son malos´, o ´no todo es negro o blanco´, por citar algunos y como los humanos ´no aprendemos en cabeza ajena´ seguimos cometiendo los mismos errores. Hoy, malintencionados nos radicalizan sobreponiendo sus intereses mezquinos.

En la historia de la filosofía aparecen los contrarios: la moral socrática que todo lo refería a ´la iluminación del hombre´ dejando entrever la grandeza humana -no de un creador- a través de la ´ciencia de lo moral´ y Platón, intentando demostrar la existencia del alma -Fedón- confirmando la presencia del bien -creador- supremo. Desde ahí vienen nuestros criterios sobre lo bueno o malo, base del orden social.

Sin embargo, al arribar la ciencia posmoderna, desde la genética hasta la física cuántica, entramos en la discusión por definir qué es bueno o malo, con base en el conocimiento, cambiando en mucho nuestra manera de pensar.

Como consecuencia vivimos la actual crisis; actualmente todo lo cuestionamos y dejamos de lado a la fe -no solo la religiosa, sino la institucional- generando como consecuencia la aparición de los radicalizados y sus manipulados.

Así encontramos la lucha generacional en criterios sobre creencias religiosas; los viejos, apegados a principios y enseñanzas del siglo anterior; los jóvenes, que dudan y se rebelan ante el conservadurismo en cuestiones sobre las maneras de vivir. Incluya valoración de comportamiento en las relaciones interpersonales, creer en algún Dios o el desempeño en la vida sexual.

La vida institucional es altamente cuestionada, con justa razón si consideramos los graves abusos que se cometen por la preferencia dada a los asuntos particulares y la corrupción prevaleciente en el mundo. Un ejemplo somos nosotros, mexicanos infestados por politiqueros y empresarios corruptos, que cumplen con aquel lema pernicioso ´lo que no me deja… dejarlo´.

La consecuencia es la radicalización en la interpretación de la función del estado, la iglesia y el manejo financiero. Claro que hay mucha razón de fondo: la maldad del ser inmoral oportunista.

Los principios de orden social los heredamos de la antigua Roma, dejando claras normas en leyes del derecho, aceptando basarlos en el ciclo virtuoso de usos y costumbres generadoras de tradiciones promotoras de reglas de vida comunitaria que, finalmente, se transforman en leyes para establecer orden y bien común.

Seguramente usted ha escuchado ´eran tiempos pasados´, es ´cosa de viejos´ o ´estar fuera de onda´. Peor aún: ´son ideas y cosa de viejillos, decrépitos o anticuados´.

En un mundo posmoderno en donde todo es permanente cambio -como ejemplo la tecnología aplicada, su comercialización y uso- ya no somos capaces de seguirle el paso; padecemos el descuido de la reflexión filosófica ejercida por las personas de hace 50 años; de hecho, las escuelas han descuidado la formación en valores por aplicar ese tiempo al estudio a las ciencias.

Por eso florecen los politiqueros que han desplazado, casi totalmente, a aquellos políticos que comprendían el servicio público como medios para aportar ideas y acciones de bien común. Incluya a esos supuestos empresarios que se enriquecen inhumanamente con las oportunidades de relación con los pares, también perversos.

Ellos saben del proceso de radicalización y lo aprovechan; son quienes promueven revueltas y manifestaciones violentas, manipulando en su sentir a ofendidos e incultos, confundiéndoles en su capacidad de pensar, lanzándolos perversamente a la violencia.

En el extremo contrario están quienes desconocen la gama de colores existentes entre el blanco y el negro -exculpo a los enfermos mentales- ellos son quienes buscan confundirlo todo para tener ´ganancia de pescadores´, logrando sus fines aviesos a costas de los demás. Los pobres y quienes menos piensan, sufren mayormente.

Sé que hay que digerir el tema, que espero sea útil para no caer en el engaño de los malvados. ¿Le parece?

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