El relleno sanitario de Gómez Palacio es básicamente un tiradero municipal a cielo abierto y opera en condiciones insalubres incumpliendo además con la normativa en materia de disposición de residuos.
"Es peor que un chiquero", dice Manuel Reyes, vecino del ejido La Borrega, donde se ubica el tiradero donde una endeble malla ciclónica no es suficiente para evitar que gran parte de la basura se salga hacia la carretera, también en pésimas condiciones, y llegue hasta las casas y otras propiedades que están del otro lado del canal de riego.
La basura de hecho también llega a toda la vegetación de la zona y a los árboles y arbustos. Todos llenos de bolsas de plástico, pañales y demás desechos.
También hay muchos plásticos de color azules de los que usan en los hospitales en los alrededores y fuera del tiradero, zona donde una máquina remueve los desechos. Afuera del lugar incluso hay animales muertos en descomposición, como víboras rebosantes de moscas y gusanos, situación de la que esta casa editora tomó evidencias fotográficas. En el relleno sanitario hay cerros de basura visibles a lo lejos, razón por la cual en este año ha sido fácil la propagación de dos incendios. La alcaldesa Marina Vitela, habló de la posibilidad de revocar la concesión del relleno sanitario pero no lo ha hecho.