Este consejo que podría interpretarse como una condición sine qua non (necesaria y esencial) para enfrentar de pie los desafíos que plantea el atardecer de la vida (Lee Po), forma parte de los 41 apartados que componen el índice del manual escrito y editado por el ingeniero Juan Manuel González Cerda, el lagunero regiomontano empeñado en ofrecer opciones de bienestar a los adultos de la tercera edad, en un orden tanto físico como emocional.
Si nos caemos -los viejos- nos pone a rodar, rodar y rodar para recuperar la vertical a gatas y con impulso propio. Reí y sonreí y juré poner toda mi atención en la prevención y tratamiento de tan indecorosos percances, recurriendo al bastón, a la andadera, a la taza del escusado (sólo para enderezarme, conste), a la silla más próxima o a Olga Breeskin y su violín si se halla cerca, aunque esto último implicaría una trampa, musical, sin duda.
El compendio nos ilustra y entretiene. Es de fácil lectura y los ejercicios que difunde de sencilla ejecución. Sólo es cuestión de echarle ganas al asunto. Por lo pronto me puse a hacer ejercicios con las piernas apoyado en una barra suspendida entre dos columnas que tengo en el jardín. Caminar paralelamente a la referida pértiga, flexionar, andando, las piernas, caminar siguiendo con la punta el talón del pie delantero y esperar el aplauso, son prácticas a las que induce el manual recién salido de los talleres gráficos de Pedro Herrera Rangel y Laura Verónica Favela.
Es extraordinario el trabajo del también autor del libro "Tercera Edad. Edad Maravillosa" un texto que del mismo modo ilustra e infunde optimismo con sus acertadas citas y recomendaciones. La obra entró en su cuarta edición, corregida y aumentada y constituye, según el escritor y columnista, "el mejor regalo para el adulto mayor". Otros escritos suyos son: "Ya no les muevas a las viejas" y "Biblioteca de la Fregonería", una colección de libritos sobre el éxito, la inclusión y desempeño en los negocios, la competitividad personal y empresarial y el papel de la mujer en el nuevo milenio, aquella que "rompe paradigmas y los seguirá rompiendo".
Con el nuevo texto sobre cómo precaver las caídas en la edad adulta, González Cerda confirma, una vez más, su pasión por hacer de la vejez una etapa cómoda y placentera dentro de lo que cabe, con sus libros, pláticas, convivencias y conferencias. En lo personal, voy a entrarle con entusiasmo a los ejercicios para mantener el equilibrio estático. Son tres y trataré de hacerlos con los ojos cerrados. Controlar los síntomas de la crisis vertiginosa sería mi objetivo. Por ahora los tengo bien abiertos y fijos en la extensa bibliografía con los 12 tomos que le sirvieron al literato como detonante del manual denominado "Prevención de caídas en el adulto mayor".
El tratado es de interés público para los profesionistas y adultos en general que cuidan su cuerpo y su mente, en especial los ciudadanos que ya llegaron al envejecimiento y todavía tienen alientos para disfrutar de esa nueva y quizá última etapa de la existencia. Hombres y mujeres por igual.
Y es claro en sus advertencias: "Las caídas son procesos que provocan inadvertidamente el aterrizaje de una persona al suelo o a un nivel inferior al que se encontraba; pueden cambiar la vida con sus discapacidades y pérdida de la independencia. Si los huesos son frágiles por la osteoporosis, podrían ocurrir fracturas en la cadera, muñecas, tobillos, antebrazos o húmeros. Otras probables consecuencias serían las contusiones, las heridas y el miedo de volver a caer, un síndrome que implica la pérdida de la confianza en sí mismo".
Avalan estos conceptos tratados sobre geriatría clínica, Encuestas sobre Salud, Bienestar y Envejecimiento en América Latina y el Caribe, Caídas en el adulto mayor, factores intrínsecos y extrínsecos, Caídas en el anciano, consideraciones generales y prevención, y Evaluación del anciano con caídas de repetición, entre otros. Son trabajos en español, pero los hay igualmente en inglés, pero a estos no les entendí. -Juan Manuel, tu manual está a todo dar, una pintoresca expresión que salió, espontánea, de la boca del periodista independiente, profesor y licenciado Jesús Máximo Moreno Mejía y que yo, también, hago mía.
