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Los 3 países de la región que le están ganando al COVID-19

El Reporte Oppenheimer

ANDRÉS OPPENHEIMER

Mientras los titulares en todo el mundo se están centrando en las escandalosas cifras de muertes por coronavirus en Estados Unidos y Brasil, hay tres historias de éxito en la lucha contra el virus en América Latina que han pasado casi desapercibidas: se trata de los casos de Paraguay, Costa Rica y Uruguay.

Estos tres países tienen tasas de mortalidad por COVID-19 que están entre las más bajas del mundo, similares a las de Nueva Zelanda y Corea del Sur.

Paraguay, con 7 millones de habitantes, ha tenido solo 11 muertes por COVID-19. Costa Rica, con una población de 5 millones, ha tenido 10 muertes. Uruguay, con una población de 3.4 millones, ha tenido 22 muertes, según el Centro de Recursos de Coronavirus Johns Hopkins (https://coronavirus.jhu.edu/data/mortality).

En relación con sus poblaciones, la tasa de mortalidad COVID-19 de Paraguay es de 0.16 por 100,000 personas, la de Costa Rica es de 0.20 personas y la de Uruguay es de 0.64 personas por 100,000 habitantes. En otras palabras, han tenido menos de una muerte por cada 100,000 personas.

En comparación, la tasa de mortalidad COVID-19 de Estados Unidos es de 30 personas por 100,000 habitantes. Estados Unidos tiene 150 veces más muertes por coronavirus per cápita que Costa Rica.

¿Qué hicieron bien estos países? Paraguay puede haberse beneficiado del hecho de que es un país sin salida al mar, que ya tenía relativamente pocos vuelos internacionales antes de la pandemia. Eso, entre otras cosas, le ayudó a reducir sus casos de COVID-19.

Costa Rica y Uruguay son casos más interesantes. La mayoría de los expertos coinciden en que, a diferencia del presidente de EUA, Donald Trump y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, los presidentes de Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada, y Uruguay, Luis Lacalle Pou, se tomaron la pandemia en serio y actuaron con decisión desde el principio.

A diferencia de Trump y Bolsonaro, quienes al principio minimizaron la pandemia y perdieron un tiempo precioso para comprar ventiladores y equipos de prueba, los presidentes de Costa Rica y Uruguay actuaron de inmediato, y lideraron con el ejemplo usando máscaras faciales la mayor parte del tiempo cuando aparecían en público.

Curiosamente, ni Costa Rica ni Uruguay ordenaron cierres totales de sus economías. En Uruguay, Lacalle Pou pidió a la gente que ejerza "libertad responsable". La mayoría de los uruguayos le hicieron caso, y se aislaron por más de un mes y medio. Uruguay tiene programado reabrir sus escuelas a partir del 1ro. de junio.

"Tanto Costa Rica como Uruguay comenzaron a realizar pruebas y rastrear los casos de COVID-19 desde muy temprano", dice Ferdinando Regalia, experto en salud pública del Banco Interamericano de Desarrollo. "Uruguay desarrolló muy bien sus propias pruebas de diagnóstico COVID-19".

El éxito de Paraguay, Costa Rica y Uruguay en la lucha contra la pandemia parece contradecir la creencia generalizada de que las dictaduras son más exitosas que los gobiernos democráticos en el combate contra estas pandemias.

De hecho, Paraguay, Costa Rica y Uruguay han tenido menos muertes por COVID-19 como porcentaje de sus poblaciones que Cuba. (No incluyo los casos de Venezuela y Nicaragua aquí, porque la mayoría de los expertos cuestionan seriamente sus cifras oficiales).

Todo esto parece respaldar las conclusiones de un nuevo estudio de la Universidad de Oxford que muestra que las democracias en general han tenido mejores resultados que las autocracias en el manejo de la pandemia.

Carl Benedikt Frey, autor principal del estudio, me dijo que examinó las respuestas de 111 países a la pandemia.

Encontró que aunque las autocracias impusieron más restricciones a los viajes y al movimiento de las personas, la movilidad geográfica disminuyó aproximadamente un 20% más en las democracias, con lo que se redujeron las muertes por COVID-19. "Buenos ejemplos son Corea del Sur, Taiwán y Nueva Zelanda", me dijo Frey.

Podríamos agregar a Paraguay, Costa Rica y Uruguay a esa lista. Medidas tempranas, y el hecho de que sus presidentes lideraran con el ejemplo usando mascarillas en público, les han permitido mantener sus tasas de mortalidad al mínimo, con bloqueos menos draconianos que otros países.

¡Que triste que otros presidentes, incluyendo el de Estados Unidos, no hayan hecho lo mismo!

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