Hace algunas semanas, Sara Aldape tuvo que abandonar momentáneamente el confinamiento para llevar a su hijo al doctor. Por protección, tenía caretas transparentes a la mano. Una idea cruzó su mente y definió que una manera creativa para que su pequeño usase estos accesorios podría ser personalizarlas.
"Saqué un diseño. A él le gusta mucho Mario Bros. Se la puse y quedó encantado. Subí una foto en redes sociales y muchísimas amistades me empezaron a preguntar y ahí es cuando empieza la locura de la venta".
Sara Aldape es maestra de preescolar y debido a la contingencia sanitaria ha tenido que mudar el aula a la intimidad de su casa y aceptar la reducción del 50 por ciento de su sueldo. Considera que los niños comprenden perfectamente la situación que acontece a nivel mundial; son conscientes de los cuidados, de las medidas de higiene y están al pendiente de la protección.
"Al ver la caricatura que les gusta, o por ejemplo, las niñas ahorita que traen las princesas, o Elsa de Frozen, el verla les encanta. Ya sólo se ponen su disfraz y van encantados. Ahorita es época de vacunas, aunque no quieras sacar a los niños es una manera de motivarlos".
Sara Aldape compra las caretas hechas de plástico PET termoformado, que es lavable. En su computadora realiza los diseños de personajes infantiles, lo imprime, lo plastifica y lo adhiere a la careta, de manera que el niño tenga la visión libre.
"Tengo 17 años de maestra. Vas viendo las caricaturas que les gustan, lo que les llama la atención. He ido agregando personajes como este de Gokú (Dragon Ball)".
Son sus propios clientes quienes les sugieren algún tipo de personaje. Los gustos son tan variados que hasta ha tenido que confeccionar caretas con la figura de Frida Kahlo.
"Me han dicho que está súper padres, que qué creativa, que fue una idea muy divertida para los niños, porque sí se emocionan. Más que verlo como una manera de protección, lo ven como parte de un disfraz".
Las caretas se pueden limpiar con cualquier desinfectante en aerosol y un paño húmedo. Los ingresos obtenidos la han auxiliado en su economía, pero señala que tampoco pretende lucrar con el proyecto ni aprovecharse de la situación.
"No son costosas, por eso tanto nos ayudan a nosotros, como nosotros ayudamos a los demás".
La aceptación ha sido tal que ha elaborado pedidos para lugares fuera del estado de Coahuila. Esta semana envió a Guadalajara, a Monterrey y a San Luis Potosí. Por último, Sara Aldape manda un mensaje de aliento para los laguneros.
"Les quiero decir que son tiempos difíciles, de mucha reflexión. No hay por qué venirse abajo, hay muchas cosas que hacer en la casa, no hay tiempo de aburrirse. Es tiempo de estar en familia, de disfrutar muchísimo a los hijos, de inventar, de cumplir caprichos. Todo va a pasar, pero es importante que evitemos las reuniones. Ahora es tiempo de estar en casa".
PROYECTO. La lagunera Sara Aldape da vida a las caretas para niños. (EL SIGLO DE TORREÓN / Erick Sotomayor)
