Raphael Guerreiro anota el 2-0, en la victoria del Borussia Dortmund 4-0 sobre Schalke 04.
El Dortmund aplastó 4-0 al Schalke, en lo que fue el primer derbi de la región occidental del Ruhr que se ha disputado sin púbico en la historia. Las indicaciones y los gritos de técnicos y jugadores, lo mismo que los impactos a un balón desinfectado, resonaron en el inmueble desierto.
Se advirtió a los jugadores que refrenaran sus emociones a la hora de conseguir goles. Debían también abstenerse de escupir, darse la mano o abrazarse en un partido al que estuvo atento el resto del mundo del futbol, a la espera de reanudar todas las ligas que se encuentran paralizadas.
FESTEJO 'A DISTANCIA'
Haaland festejó su primer tanto con un baile más bien discreto, mientras que sus compañeros lo observaban.
"Fue difícil", reconoció el mediocampista Julian Brandt. "Pero así es ahora. Tenemos que apegarnos a las reglas".
Brand fue abastecedor del portugués Raphaël Guerreiro, quien anotó poco antes del intermedio, y de Thorgan Hazard, luego del descanso. Hazard festejó también solo, frente a la grada sur del Westfalenstadion, donde se hubiera colocado normalmente el "Muro Amarillo" conformado por casi 25 mil seguidores fervorosos.
Otro pase de Haaland a Guerreiro permitió que el Dortmund sentenciara la goleada y se acercara a un punto del líder Bayern Munich, que enfrenta hoy al Union de Berlín.
GANA EL 'GLADBACH'
Más tarde, el Borussia Mönchengladbach avanzó al tercer puesto, tres unidades debajo del Bayern, merced a un triunfo por 3-1 en su visita al Eintracht de Fráncfort.
En otros encuentros sabatinos, Hertha Berlín goleó 3-0 a Hoffenheim, en lo que fue un buen debut del técnico Bruno Labbadia; Friburgo igualó 1-1 ante Leipzig; Paderborn empató sin goles ante el Fortuna de Düsseldorf, y el Wolfsburgo superó 2-1 al Augsburgo, cuyo técnico Heiko Herrlich debió permanecer en un palco como castigo tras violar la cuarentena para comprar dentífrico.
Herrlich volverá solo después de que se someta a dos pruebas que arrojen negativo de coronavirus.
Las celebraciones fueron más bien apagadas. Sólo los jugadores del Hertha parecieron ceder al entusiasmo, ignorando las exhortaciones del árbitro para alejarse.
"Los festejos son parte del futbol. Nos han hecho tantas pruebas que pensé que se permitiría celebrar", dijo Labbadia, en defensa de su equipo.
