Además de la pandemia, Argentina enfrenta una severa crisis económica.
Argentina aguarda conocer el resultado de la oferta de canje de deuda internacional en manos de acreedores privados, cuyo plazo de adhesión expira en la tarde con los mercados en alza, expectantes a las novedades sobre el proceso de negociación.
Los tenedores de bonos emitidos bajo legislación extranjera por 66,239 millones de dólares tienen tiempo hasta las 17:00 horas de Nueva York para prestar su conformidad a la propuesta de reestructuración.
No obstante, no se descarta que, si el nivel de aceptación es bajo pero aún hay posibilidades de continuar las negociaciones con los acreedores, el Gobierno del presidente Fernández prorrogue el plazo de adhesión.
Una opción es extenderlo hasta el 22 de mayo, cuando expira el período de gracia de treinta días al que se acogió Argentina al no pagar en abril un vencimiento por 503 millones de dólares de intereses de tres títulos incluidos en la oferta de canje. Si para entonces Argentina y los acreedores no logran un acuerdo, el Gobierno deberá abonar ese día los intereses vencidos o, de lo contrario, el país entraría técnicamente en un cese de pagos.
Aunque de momento el Gobierno no ha dado pistas sobre qué planea hacer ante un nivel de aceptación que, según fuentes del mercado, rondaría entre el 30 y el 40 %, el tono más conciliador de parte del Ejecutivo y la aparición de una contraoferta por parte de un grupo de acreedores ha apuntalado las esperanzas de que las partes flexibilicen sus posturas para poder llegar a un acuerdo y evitar un "default".
