Uno de los grandes genios del fútbol americano profesional, nos dijo “adiós para siempre” el pasado lunes 4 del presente como lo fue el legendario Don Shula y que, cuando tengamos que hablar de los Delfines mencionando también al legendario Dan Marino y Bob Griese al igual que a Larry Csonka, se tendrá que evocar a este gran entrenador en jefe y que, me atrevo a decir, junto con Chuck Noll y Tom Landry y tal vez Bill Parcells, se encuentran en los más altos hombres sobrados de talento e inteligencia para dirigir a una escuadra de la NFL.
En su trayecto de salida de la concentración para encontrarse con el destino de aquella tremenda temporada de 1972 y en el que yo a la edad de 10 años, ya sentía afecto por esta disciplina nos imaginamos a este fenómeno inmerso en sus ideas porque sus equipos ya habían caído en los dos primeros Super Tazones en los que dirigió incluso de forma más renombrada cuando sus Potros, en ese tiempo de Baltimore, se encontraban en la orilla de los derrotados de una de las sorpresas más grandes de la historia sucumbiendo ante los Jets en la tercera edición del partido grande una vez que, el legendario Joe Namath, certificara un triunfo para los desamparados de la Gran Manzana (con el debido respeto) en una consecuencia que alteró el trayecto del futbol americano profesional.
El ganador más grande como entrenador en jefe ocupa algo especial con esa escuadra de Miami de hace 48 años derrotando a los Pieles Rojas por 147 en el Coliseo Memorial de Los Ángeles concluyendo la única temporada perfecta de la NFL y aunque muchos digan que eran menos partidos que los de la actualidad considerando lo de los Patriotas en la edición XLII, es un registro en el que sus aficionados celebran cada año en que pierde el último equipo invicto.
Tan excelsa como fue esa campaña, es solo uno de los récords con los cuales hay que quitarse el sombrero con este científico del deporte de las tackleadas que estableció en su trayectoria de 33 años y que, cuando se tuvo que retirar a regañadientes, un día después que cumplió 66 años al final de la temporada de 1995, tuvo 347 victorias (incluyendo playoffs).
Estuvo dirigiendo en el Super Domingo en seis ocasiones ganando dos de ellos y tal vez, lo que más llama la atención, es que, sus dos equipos como lo fueron los Potros y los Delfines, soportaron nada más dos temporadas perdedoras en sus más de tres décadas al margen ganando, al menos, 10 partidos en 21 ocasiones llegando 19 veces a la postemporada siendo exaltado al Salón de la Fama en 1997.
Nunca se me va a olvidar cuando, en la campaña 1982-83 estando los que en ese momento eran los campeones de la Conferencia Nacional las Águilas de Filadelfia y jugando de visita en un lunes por la noche en el Orange Bowl, el payaso y sangritas mariscal de campo de los de la cuna de la independencia de los Estados Unidos Ron Jaworski, no podía sacar la jugada porque los aficionados de los Delfines estaban haciendo mucho ruido y entonces el oficial se acerca a Shula y le dice: “se tienen que callar los fanáticos para que pueda seguir el juego” a lo que el entrenador de Miami le contesta: “pues entonces ¡cállalos tú!”
¿Qué les parece? Y ya no hay nada que analizar porque los Delfines, no se han aproximado al éxito tan consistente desde su partida.
