Jaime y Pablo Espinoza Zavala tienen 10 y ocho años de edad.
Jaime y Pablo Espinoza Zavala tienen 10 y ocho años de edad. Los hermanos ven ventajas y desventajas en el aislamiento, pues aunque no se les permite salir con sus amigos, tienen la oportunidad de quedarse en casa viendo televisión y, en el caso del mayor, ha comenzado a desarrollar un gusto por la lectura, que anteriormente no tenía, pues cuenta con más momentos "aburridos".
"Ya terminé un libro, el de Narnia", dice Jaime, pero al mismo tiempo, extraña abrazar a sus abuelas: "a una la visito afuera de su casa, ella se queda en la puerta y desde ahí platicamos; con mi otra abuelita, tiene dos puertas, una lleva a la alberca sin entrar a su casa, entonces, ella nos ve desde la puerta de vidrio de su cuarto".
Pablo se entristece cuando piensa en que hace más de un mes no abraza a sus abuelitas, pero está consciente de que ellas corren un riesgo mayor ante la enfermedad y prefiere aguantar para que no se contagien.
Sobre el coronavirus, Jaime señala que "es muy peligroso porque puede matar a mucha gente, sobre todo a la de la tercera edad, los niños y los adultos deben protegerse del virus, aunque es más posible que se puedan recuperar".
Pablo señala que sus papás les han insistido en que se cuiden mucho, que no tengan contacto con otras personas, porque pueden parecer sanas, pero estar infectadas y contagiarles.
Los niños tienen ahora clases virtuales y consideran que son más sencillas, pero extrañan la convivencia diaria en la escuela.
En el Día del Niño, Pablo dice que extrañará la fiesta que hacen en la escuela, donde se hacía una gran celebración con kermés, además de que se les extendía el recreo y podía jugar con todos sus amigos.
Jaime confiesa que a veces necesitan salir a dar una vuelta, pero la condición es no tocar nada, utilizar cubrebocas y no alejarse más de la cuadra, además de volver inmediatamente. Considera que en su colonia la gente ha cumplido con las medidas sanitarias, pues la gran mayoría utiliza el cubrebocas.
"Ya falta mucho menos que antes, yo espero que ya se acabe, lo primero que yo quiero hacer el día en que se acaben todas las restricciones, es ir a abrazar a mis abuelitas", comenta Jaime.
Cuando todo esto termine, a Pablo le gustaría celebrar como si fuera Año Nuevo, con una fiesta grande donde esté presente toda su familia.
Jaime recomienda a los niños que, en esta fase de aislamiento, "jueguen mucho con su familia, juegos de mesa y así, hagan sus tareas lo más pronto posible para que tengan tiempo de jugar el resto del día".
