EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Tráfico de especies y pérdida de biodiversidad en un contexto cultural

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

En varias ocasiones hemos mencionado aquí que la causa principal de la pérdida de biodiversidad es la destrucción de hábitat, comúnmente por cambio en el uso del suelo. Pero hay otras causas como la comercialización legal e ilegal de especies de flora y fauna silvestre que de pronto toma una singular importancia, dada la desafortunada relación con la terrible y extraña pandemia que estamos viviendo. La comercialización de plantas y animales silvestres es regulada por la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), la cual es un acuerdo internacional concertado entre los gobiernos. Tiene por finalidad velar por que el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza para su supervivencia. Esto no es nada sencillo por la facilidad con que se puede, en estos casos, pasar de lo legal a lo ilegal cuando se trata de especies amenazadas.

Cuando menciono la desafortunada relación me refiero a que por lo menos una de las especies que se usan en los experimentos de los laboratorios de China, en particular en la ciudad de Wuhan se encuentra bajo una gran presión debido al tráfico que se hace de ella: se trata del Pangolín, un mamífero espectacular al que le han encontrado un uso a cada una de sus partes.

Este animal tiene escamas desde la punta hasta la cola, su armadura es flexible y cuando se asusta cubre su cabeza con sus patas delanteras, exhibiendo sus escamas ante cualquier posible depredador. Si se toca o se sujeta, se enrolla completamente en forma de bola, mientras que las afiladas escamas de la cola las puede usar para atacar.

Existen ocho especies de pangolines distribuidas en dos continentes y están consideradas como especies vulnerables y en peligro crítico de extinción según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la naturaleza (UICN por sus siglas en inglés). Junto con TRAFFIC, el Fondo Mundial para Naturaleza la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) se encuentran trabajando en Asia y África para proteger a los pangolines y otras especies de los crímenes contra la vida silvestre.

De manera activa, se intenta disminuir la demanda de productos ilegales de vida silvestre en países como China y Vietnam. También se colabora con los gobiernos a implementar una fuerte lucha contra la caza furtiva, a crear leyes nacionales más fuertes y a gestionar su estricta aplicación para garantizar que el tráfico de vida silvestre deje de representar un negocio rentable.

Sin embargo, resulta que tanto en Vietnam como en China la carne del pangolín es un manjar muy demandado, lo cual ha provocado que en las últimas décadas esa demanda aumente y la con ello la consecuente caza para satisfacerla también de forma drástica, acercando a este peculiar acorazado a su extinción.

Pero no sólo la carne motiva su caza, las pequeñas láminas que recubren su cuerpo son utilizadas en la medicina tradicional oriental por sus supuestos efectos en la cura de enfermedades de la piel y según el vox populi asiático muchísimos más problemas, son casi mágicas. Esto ha ocasionado según el WWF/ADENA (Asociación para la Defensa de la Naturaleza), que más de un millón de ejemplares de pangolín han sido asesinados víctimas del tráfico de especies.

Adicionalmente el pangolín es una especie experimental, que junto con los murciélagos y la musaraña (un pequeño animalito del tamaño de un ratón), son estudiados y/o se realizan experimentos en ellos. De hecho, en el caso del SARS-CoV-2, las investigaciones apuntan a que fue un murciélago el que transmitió el virus a otro animal intermedio, con toda seguridad un pangolín, que luego lo transmitió a humanos.

No obstante, poco se sabe de especies amenazadas y fuertemente presionadas como las ocho especies de pangolín, ¿hasta donde es posible que el debilitamiento de las poblaciones de dichas especies pudiera originar reservorios viricos capaces de infectar humanos? Es posible que esto esté sucediendo con el Pangolín.

Algunas hipótesis que se manejan es que las características genéticas que hacen que el nuevo coronavirus sea tan patógeno para infectar células humanas residían en esos animales antes de saltar a los humanos,.y la hipótesis alterna es que fue en el humano donde mutaron esas características patógenas. La expresión de esta patogenicidad necesita de gente socializando, por eso si quitamos este factor, se deja de expresar, entonces, mejor quedémonos en casa.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: A la ciudadanía editorial A la ciudadanía

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1698152

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx