Todo un mundo lleno de silencio y en nuestro país llega una etapa donde ya las cosas se empiezan a poner peor que Wilfredo Gómez cuando Salvador Sánchez le partió su mandarina en gajos y lo bajó de la nube en que andaba y que ojalá donde todos esperamos, esto del miserable microbio ya termine y que los seres humanos comprendamos que nos hemos equivocado y que le regresemos a este planeta, la paz y la tranquilidad que se merece.
Con todo esto que ocurre y que parece un barril sin fondo, es evidente de que ante falta de competencias deportivas y como nos hemos dado cuenta, las empresas que transmiten lo que nos apasiona, sacan a relucir lo que tienen en sus hemerotecas para podernos entretener y es comprensible pero algunos espacios de tiempo real, algunos comentaristas y con el debido respeto que se merecen, en veces dicen cosas que pienso que probablemente andaban bajo los efectos de la anestesia como en el portal de twitter donde uno que ahora narra los partidos del lunes por la noche, escribe en su cuenta de que anoten, los que lo siguen, cuales son los mejores deportistas de cada disciplina y de que todavía sin poderlo entender, comentó que para él, en el basquetbol, coloca a LeBron James y en el béisbol y eso que yo soy seguidor a muerte de los Dodgers, puso a Clayton Kershaw donde yo le iba a decir que si eso era en serio, pero pensé que cada quién, tiene el derecho de mencionar lo que desea; en fin.
En el rey de los deportes, hay equipos que tienen sus normas de cuando algún pelotero llega a estampar su firma con esas organizaciones hay que cumplirlas tal como el caso de los Yankees de que todos los jugadores que portan el jersey blanco con rayas negras, no debe ni de traer el pelo largo ni usar bigotes aunque nunca pensé que porque no se hizo lo mismo con Jason Giambi pero que, cuando Reggie Jackson llegó al Bronx, se tuvo que deshacer de su aspecto más atrevido que tenía con los Atléticos en los años 70´s (compañero de Horacio Piña) pero que después se caracterizó más con los Serafines con sus gafas grandes y una camisola que simplemente le gritaban el nombre de que, para mi gusto, el mejor jardinero derecho de todos los tiempos.
Una mención que a mí en lo personal siempre me pone en expectación, es cuando se lleva a cabo la votación para el jugador más valioso porque esto significa que un pelotero es el mejor que se acondiciona a su liga pero que llegaría suceder ¿Qué ni siquiera fuera el más sobresaliente de su propio equipo? Tal como sucedió en el 2006 en que se pensaba en Derek Jeter pero que existía un competidor en la escuadra de los Mellizos donde se pusieron los ojos en Joe Mauer y Justin Morneau donde éste último tuvo números convincentes con 34 batazos para la calle y 130 carreras remolcadas siendo el mejor de su carrera aunque David Ortiz lo superó en ambas categorías pero como el receptor de Minnesota andaba dando guerra, el radar se enfocó en los dos peloteros de las ciudades gemelas y Mauer se llevó el galardón debido a que, a mitad de temporada, Morneau no estaba jugando lo suficientemente bien como para ir al partido de mitad de temporada.
Aunque lo que pienso que nunca tuvo progenitora, fue cuando a Ryan Braun en el 2011, le dieron el más valioso dejando en el segundo lugar al que todos pensamos que se llevaría de calle como fue Matt Kemp y después como se supo, el jardinero de los Cerveceros fue suspendido al comprobarle que jugaba bien “pachekote” casi al estilo de Barry Bonds.
