Llegaron sin anunciarse. Eran tres grupos.
Dijeron las del primero:
-Somos las de malas a segundas.
No entendí, y menos cuando se presentaron las del segundo grupo:
-Nosotras somos las de peores a terceras.
Remataron las del último grupo:
-Y nosotras somos las de pésimas a cuartas.
Yo estaba confundido. No acertaba a entender aquel galimatías. Una de ellas explicó:
-Ustedes siempre dicen: "De buenas a primeras". A nosotras nos ignoran, y ni siquiera han pensado nunca en la posibilidad de que existamos. Les ha faltado imaginación para incluirnos en su campo de conocimiento. Y sin embargo aquí nos tiene: las de malas a segundas, las de peores a terceras y las de pésimas a cuartas.
Yo les ofrecí una disculpa.
-Perdónenme -les dije-. Jamás había yo pensado en su existencia.
Se retiraron en silencio. Hasta la fecha no sé todavía si me disculparon, pues lo que les dije se los dije de buenas a primeras.
¡Hasta mañana!...