El joven Pedro Estebané en la Plaza de Armas de Lerdo. (CORTESÍA/ Danny Hawk)
Fue hace casi 10 años cuando Danny Hawk enfocó el lente de su cámara y comenzó su andar en el ejercicio fotográfico. Uno de los elementos de este trabajo que captó su atención fue la facultad de poder transmitir o crear una emoción a través de una imagen. El discurso de sus instantáneas busca generar vibraciones visuales en el espectador. No importa si este no lo comprende en su totalidad, la ganancia para el fotógrafo es esa sensación que, por más mínima que sea, genera reflexión en las personas.
Su campo de acción se distribuye entre bodas, conciertos y retratos de la cotidianidad urbana. Cuando toma su cámara, la misma situación lo guía hacia el encuadre idóneo, parra realizar los movimientos técnicos correctos dependiendo de la cantidad de luz.
En los enlaces nupciales, su compromiso es que la imagen capture ese momento irrepetible que será clave en la vida de los novios. Su ojo no sólo enfoca una visión, sino los sentimientos y sueños de aquellos que quieren inmortalizar su unión. Mientras que durante los conciertos, menciona que su fórmula consiste en transportar las vibraciones sonoras que siente su cuerpo, esa sensación de bienestar musical, hacia su cámara, y congelar la emoción que transpira el artista. Así su trabajo lo ha llevado a cubrir grandes conglomeraciones musicales como los festivales Pa'l Norte, Zapal y conciertos locales como los organizados por la plataforma Rokkers.
En cuanto a la situación actual, Danny Hawk comenta que la fotografía puede ayudar a la concientizacion social durante la pandemia. Para él, el trabajo de los fotógrafos es crucial, pues supone un testigo del momento histórico que estamos viviendo. Por otro lado, considera que también puede ayudar a promover a las personas que están tratando de salir adelante, como esos negocios de emprendedores laguneros que tratan de no sucumbir ante la contingencia.
