EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Geopolítica y petróleo

ARCHIVO ADJUNTO

LUIS F. SALAZAR WOOLFOLK

En relación con la inusitada postura asumida por México, en la reunión mundial de países productores de petróleo que concluyó el fin de semana anterior, tanto el Gobierno Federal como los adversarios de López Obrador, se han expresado con discursos que poco o nada tienen que ver con la realidad.

El problema inicia con una guerra comercial entre Rusia y Arabia Saudita desatada el pasado mes de marzo, a raíz del reciente desplome de los precios del petróleo, que tuvo su origen en una baja súbita en la demanda del crudo, provocada a su vez por la recesión global que genera la pandemia del coronavirus. A la par del conflicto surgió la vía del acuerdo, como alternativa para estabilizar los precios, mediante una reducción negociada de las cuotas de producción de cada país, en forma proporcional.

Además de Rusia y Arabia Saudita, se sentaron a la mesa los países de la llamada Organización de Países Exportadores de Petróleo OPEP, que es un sindicato de productores integrado por Arabia Saudita, Argelia, Angola, Qatar, Ecuador, Emiratos Árabes, Gabón, Irán, Irak, Indonesia, Kuwait, Libia, Nigeria y Venezuela. La OPEP nació durante la guerra fría el año de 1960 para influir en la determinación del precio del petróleo y en lo político, como expresión de países del Tercer Mundo, que se suponían "no alineados" a las superpotencias, pero que en realidad nadaban a dos aguas a conveniencia, tanto con la Unión Soviética, como con los Estados Unidos.

Todos los países del orbe son consumidores de petróleo y por ello, ante la imposibilidad de controlar el mercado por sí sola, desde su origen la OPEP ha interactuado con otros países productores ajenos al organismo, entre los que se encuentran Estados Unidos, Rusia y México, lo que ha generado la llamada OPEP PLUS, que constituye un foro de diálogo múltiple en el que se regula el mercado petrolero, estableciendo precios en equilibrio de los intereses de productores y consumidores.

Para resolver el conflicto y estabilizar el mercado petrolero, en el foro de la semana pasada se planteó la necesidad de una reducción de diez millones de barriles diarios en la producción mundial, y la asamblea de la OPEP PLUS asignó a México una reducción de cuatrocientos mil barriles diarios en su cuota de producción. La secretaria de Energía de México Rocío Nahle, se opuso a la medida, y reviró aceptando producir cien mil barriles diarios menos, lo que atoró las negociaciones y las puso en riesgo.

A lo sorpresivo de la postura mexicana, Donald Trump propuso que los Estados Unidos se hicieran cargo de la diferencia en la reducción rechazada por México, y ofreció bajar la producción de su país en trescientos mil barriles diarios, adicionales a la reducción que de por sí le correspondía en función del ajuste generalizado. A la oferta de Trump siguió una advertencia según la cual México compensaría "de algún modo", lo que se entiende que compensado está, a partir de que somos el principal comprador de gasolina refinada por los Estados Unidos.

En tal escenario, López Obrador festina como un gran logro la negociación y elogia el desempeño de Rocío Nahle, mientras los adversarios de AMLO se lanzan en contra de la secretaria de Energía, calificándola de ignorante e inepta. Los dos discursos pasan por alto que en el evento de que se trata nuestro país operó como pieza de ajedrez para que los Estados Unidos, intervinieran de modo decisivo en la determinación del precio del petróleo en el mercado mundial.

Para entender lo anterior, es pertinente considerar que los Estados Unidos, son al mismo tiempo el primer productor y el principal consumidor de petróleo en el mundo, y esta doble condición le permite como a ningún otro país, pesar en ambos platos de la balanza, al momento de fijar los precios. Donald Trump aprovechó esta posición de privilegio y la coyuntura que le proporcionó el gobierno de AMLO para tomar el control de la situación, y de ese modo Trump estrecha sus lazos con Vladimir Putin, y queda bien tanto con las compañías petroleras norteamericanas como con los ciudadanos de su propio país, frente a las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Archivo adjunto editorial archivo adjunto

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1694066

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx