El líder de la Iglesia católica pidió por todos aquellos que se están viendo afectados por la pandemia y además hizo un llamado para que entre países crezca la fraternidad. (EFE)
En su mensaje pascual, el líder de la Iglesia católica pidió por todos aquellos que se están viendo afectados por la pandemia y además hizo un llamado para que entre países crezca la fraternidad.
Se refirió especialmente a la situación que vive Venezuela y recordó también que "este no es tiempo de la división" y reiteró su llamamiento para que se produzca "un alto el fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo", como ha pedido el secretario general de la ONU, António Guterres.
"No es este el momento para seguir fabricando y vendiendo armas, gastando elevadas sumas de dinero que podrían usarse para cuidar personas y salvar vidas".
Rezó para que este periodo sea, en cambio, "el tiempo para poner fin a la larga guerra que ha ensangrentado a Siria, al conflicto en Yemen, al de Ucrania y a las tensiones en Irak, como también en el Líbano" y que "los israelíes y los palestinos reanuden el diálogo, y que encuentren una solución estable y duradera que les permita a ambos vivir en paz".