Se llama Violetta, es una prostituta y su tragedia es que se enamora de un caballero, pero está enferma de la incurable tuberculosis y agoniza en brazos de su amado.
Es quizá la más popular de Giuseppe Verdi, "La Traviata" que significa "la extraviada, la perdida". Una ópera basada en "La Dama de las Camelias" de Alexandre Dumas Hijo, que a su vez narra una historia real, inspirada en una cortesana que Dumas había conocido.
Aparte de la historia que narran, casi siempre detrás de cada ópera hay otra historia de la vida real que asombra y conmueve. En el caso de La Traviata es que su tema, fuerte y escabroso, molestó al público, hay que considerar que esto sucedió en 1852, y tuvo que enfrentar el rechazo del que fue objeto.
Al principio de la obra hay una animada fiesta en casa de Violetta donde todos brindan y cantan, en la famosísima escena del brindis Libiamo libiamo ne lieti calici: "Bebamos, bebamos en este vaso resplandeciente y bello y hagamos que la hora efímera se embriague de deleite…"
Por una serie de prejuicios que tenemos, con frecuencia nos privamos de la delicia que significa la representación de una ópera y muchas veces la juzgamos sin saber pensando que es aburrida e inentendible. Pues si nos detuviéramos a investigar un poco encontraríamos en el género una gran diversidad de historias apasionantes.
En el ambiente operístico, una aria es una composición musical hecha para ser interpretada por una sola voz. Una de las arias más reconocidas y reconocibles mundialmente es la bellísima Nessun Dorma, expresión que en italiano significa: "Nadie Duerma". Esta aria forma parte del acto final de la ópera Turandot.
Turandot es una cruel princesa quien, en venganza a una antepasada mancillada, plantea tres adivinanzas a sus pretendientes y si no dan las respuestas correctas simplemente los manda decapitar.
Un desconocido príncipe se postula en la competencia, contesta correctamente las tres preguntas y luego desafía a Turandot a que descubra su identidad. La princesa entonces da la orden de que nadie duerma hasta que se sepa el nombre del atrevido pretendiente.
Así podíamos seguir interminablemente con óperas como Carmen de Georges Bizet, que desde el momento de su estreno fue muy criticada negativamente y que tuvo que regalar boletos de entrada para no dejarla fracasar; y que su autor murió de una ataque al corazón a los 36 años sin llegar a saber que su trabajo iba a ser una de las obras más populares del mundo.
Le recomiendo que la próxima vez que tenga usted la oportunidad de disfrutar una ópera, déjese cautivar por ella.
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y [email protected] Twitter: @donjuanrecaredo.
ME PREGUNTA:
Erick García: ¿Cómo es lo correcto, yo soldo o yo sueldo? Del verbo soldar.
LE RESPONDO:
Lo correcto es yo sueldo, tú sueldas, etcétera.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:
Ni la incuria puede envilecer a las almas fuertes, ni la riqueza elevar a los espíritus mezquinos.
