Envió Jesús a dos de sus discípulos. Les dijo:
-Id a la aldea que está delante de vosotros. Ahí hallaréis un asno. Traedlo.
Fueron los discípulos, y hallando al asno lo trajeron.
Subió a él Jesús, y a lomos de la humilde bestia entró en Jerusalén.
Se reunió una gran multitud; la gente cortaba ramos de los árboles, los agitaba al paso de Jesús, y los tendía luego en su camino.
Días después el discípulo amado, Juan, le contaba a la madre del Señor cómo los hombres habían maltratado a Jesús en la subida al Gólgota.
-Lo golpeaban cruelmente -decía entre sus lágrimas.
-¿Con qué lo golpeaban? -le preguntó la Dolorosa.
-Con ramos que cortaron de los árboles -respondió Juan.
¡Hasta mañana!...