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Pasarla con memes

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Cada vez se sienten con más fuerza los estragos que está causando en México la pandemia del coronavirus, que está arrastrando al mundo a una regresión económica no vista desde la gran depresión de 1928.

Escalonadamente, el cierre de negocios y de industrias hacen que las calles cada vez se vean más solas, y lo peor de ello es lo que subyace sobre esta circunstancia: la desactivación del circuito económico, que iguales o más pesares puede producir que la propia epidemia.

Hasta ahora, justo antes de la conferencia de prensa habitual del jueves para dar el reporte de las personas oficialmente infectadas por el virus maldito, se reportaban en México 1378 contagios, que han provocado la muerte de 37 personas; las cifras aumentaron a 1510 contagios y 50 muertes.

Desafortunadamente para Coahuila, un protocolo mal ejecutado en una clínica del Seguro Social en Monclova ha desatado un contagio masivo entre el personal médico de esa institución, que ha generado que la epidemia crezca exponencialmente en la entidad, situándola con un récord de 68 casos con tres decesos ya reportados. Durango informa tener hasta el momento 7 contagios y solo una víctima fatal del mismo.

Parece ya totalmente ocioso especular si las cifras que reporta la Secretaría de Salud del Gobierno federal son fidedignas o no, porque realmente si se compara la cantidad de contagios y de muertos con lo que les sucede a los Estados Unidos, o bien, si se mira una gráfica de crecimiento de enfermos de este mal desde el primer caso reportado en México y se le compara en el mismo sentido con Italia o España incluso, la perspectiva luce en términos de salud más favorable para los mexicanos que lo que han estado sufriendo los pueblos italiano y español.

Es de desearse, pues, que efectivamente la estrategia de la confinación voluntaria de la población y el decreto de cierre de actividades no esenciales, más las propias condiciones de clima, de densidad poblacional, edad promedio de los mexicanos y hasta la movilidad física social, mantengan relativamente bajas las personas enfermas de este mal y así evitar que se colapse el sistema de salud nacional, que desataría una crisis sanitaria que irremediablemente provocaría más víctimas por falta de atención que los que desafortunadamente morirían aun recibiendo atención médica.

Así pues, por una parte, hay esperanza de que la velocidad de propagación del virus no crezca exponencialmente en el país, pero por el otro lado, existe preocupación y tristeza porque la economía sufrirá tremendos estragos, y claro está que el Gobierno del presidente López Obrador no podrá o no querrá rescatarla sencillamente porque la única manera de que una economía se desarrolle es a través de la inversión productiva (ojo, la economía es parte importantísima de las características de una sociedad toda, donde la educación es esencial para su desarrollo), y esa la hacen los empresarios, el grupo social al que tanto y tanto parece despreciar el primer mandatario del país.

Así pues, con las cartas echadas y sabiendo que la economía sufrirá de más, hay que irlo tomando con resignación y ante tal circunstancia apelar al ingenio mexicano, que con humorismo hace más llevaderos estos aciagos días.

Un ejemplo de ello es lo que acaba de suceder dentro de la cultura del rumor, al que tanto somos afectos los mexicanos, ya que se desató uno con fuerza, puesto que el gobernador de Nuevo León informó que, de acuerdo con las disposiciones de emergencia nacional, la industria cervecera de su estado parará operaciones al igual que la distribución del producto. Eso provocó verdaderas compras de pánico como ocurrió con el papel de baño y la gente aseguraba que se decretaría ley seca en La Laguna.

Ayer el gobernador Riquelme informó que Coahuila no decretará ley seca, aunque las adquisiciones exacerbadas en las tiendas y expendios de cerveza ya se habían producido. Además, de haberse determinado eso en territorio coahuilense, los laguneros tenemos Gómez Palacio, que tanto tiempo surtió cerveza dominical cuando en Coahuila no se permitía su comercialización en ese día.

En estos días semiparalizados, a esperar entonces con buena cara la infinidad de memes que circularán entre papel higiénico y cerveza; eso quizá por ahora suavice la crisis que se viene.

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