Hasta el sitio llegaron elementos de distintas fuerzas del orden.
Más de 300 centroamericanos hacinados en la sede del Instituto Nacional de Migración (INM) de esta ciudad se amotinaron este jueves, para exigir alimentos, atención de salud y repatriación inmediata.
Los manifestantes que han sido deportados de Estados Unidos en medio de la emergencia sanitaria internacional por el COVID-19 exigen ser repatriados a su lugar de origen, aun cuando las fronteras de su país han sido cerradas.
Hasta el sitio llegaron elementos de la Guardia Nacional (GN), Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC), Policía Estatal de Seguridad Pública (PESP), Ejército Mexicano, Policía Municipal, paramédicos de la Cruz Roja y bomberos; además visitadores de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH).
La trifulca se conoció al mediodía de este jueves a través de una llamada al número de emergencias 911, que reportó un incendio en el lugar; acudieron bomberos y elementos de seguridad pública de los tres órdenes de Gobierno.
Las autoridades lograron controlar la situación y negociaron con los inconformes la liberación de los funcionarios del INM y de los trabajadores de empresas de seguridad privada, sin que hasta anoche el Gobierno federal hubiera emitido una postura oficial.
El sitio fue resguardado por al menos 15 unidades de la Guardia Nacional y la Sedena, las cuales rodeaban el lugar. Asimismo, personal de la Secretaría de Salud se encargó de revisar a los migrantes y de realizar pruebas para detectar posibles casos de coronavirus o descartar que lo tengan.
