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Comarca solidaria y de grandes esfuerzos

ÉDGAR SALINAS URIBE

Se dice de Torreón, pero es obvio que la descripción aplica a toda la comarca: La Laguna es región de grandes esfuerzos, porque grandes han sido los desafíos superados. Toda la humanidad enfrentamos ahora uno nuevo: COVID-19. Se trata de una pandemia, claro está, pero en esta entrega quiero ser específico respecto a las reacciones en la Comarca Lagunera, donde la historia dice que la coordinación y cooperación comunitaria nos sacarán adelante. Si la historia alimenta la esperanza, el tamaño del reto demanda, aquí y ahora, lealtad al carácter y destino regional: exige otro gran esfuerzo.

Como otras crisis (recuérdese la debida al AH1N1 o la de inseguridad), la actual ha pasado un periodo en que los comentarios públicos han ido desde la negación de lo que sucede, hasta la subestimación o suponer que solo le pasará a otras personas o familias excepto a la propia. Pero como en tantas otras crisis, la realidad se impone y cobra vigencia ese slogan que el Cardenal Michael Czerny dijo haber aprendido de sus años trabajando en actividades relacionadas al VIH/SIDA en África: "estamos todos infectados o afectados". Así como con el AH1N1 y la crisis de inseguridad, el riesgo general provocado por el COVID-19 es real, por infección o afectación. La primera será una realidad quizá para una cantidad significativa de la población; pero la segunda - la afectación- será general. A estas alturas la duda o subestimación no agrega sino gravedad al contexto e ineficacia a las acciones. No es alarmar, es alertar para actuar y reducir el daño por infección, así como aminorar el que se dará por afectación.

De acuerdo con las y los expertos, lo que otros países han hecho, lo establecido en las entidades del país y lo indicado por la autoridad federal podemos asumir que el distanciamiento y eventual aislamiento social, las medidas de higiene personal y la proliferación masiva de pruebas son las acciones que mejor ayudan a sobrellevar la gestión de la crisis en lo que respecta a la salud, junto a la atención especializada en los casos que lo ameriten. Podemos asumir también que los resultados son directamente proporcionales al acatamiento de las indicaciones, la infraestructura y equipamiento de los sistemas de salud.

Por otra parte, a nivel ciudadano el enfoque deberían ser las medidas que están a nuestro entero alcance, y resulta que son dos de las tres más importantes: el distanciamiento/aislamiento social y la higiene personal. En una muy buena ejecución de ello consiste el gran esfuerzo que ahora estamos llamados a realizar en términos generales.

Para los casos que requieran hospitalización o algún tipo de seguimiento médico, la principal línea de batalla será dada por las y los profesionales de la salud con la robusta o débil infraestructura que logremos preparar para lo peor de la crisis. En la medida que podamos ser solidarios con su labor, fortaleceremos su valiosa e insustituible actuación.

En lo general será importante impulsar conductas que faciliten la gestión y la solidaridad. Respecto a la primera, contamos con un gran nivel de coordinación entre ambos estados como hacía muchos años no se daba en la Comarca. Es una buena noticia dado que, si bien la autoridad federal debería ser el gran facilitador la coordinación nacional no ha sido integral, además que la afectación será diferenciada en las regiones, de allí que las autoridades estatales y municipales con sus recursos jugarán un rol fundamental para disminuir los daños en sus demarcaciones.

En lo que se refiere a la solidaridad, sabemos que hay miles de personas cuyos oficios y actividad les garantiza solo pocos días de recaudo monetario. Además de los programas gubernamentales se requerirá el apoyo tanto en lo individual como en redes informales para garantizar o complementar ingresos a personas cuya vulnerabilidad se profundizará por efecto de la crisis. Junto a los bienes indispensables para la atención hospitalaria como ventiladores, mascarillas, trajes protectores y sanitizantes, es muy probable que la alimentación básica vaya a ser cuestión crítica en muchos hogares.

La infección dañará personas y la afectación, además, impactará proyectos, empresas e instituciones de todo tipo. El reloj de la infección es el propio virus como dijo el doctor Anthony Fauci. El reloj de la afectación lo marcará la coordinación, recursos y acciones concertadas entre gobiernos, sectores productivos e instituciones de la sociedad. Estamos ante la urgencia de nuevos grandes esfuerzos.

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Escrito en: editorial Edgar Salinas Uribe

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