El Ministerio de Desarrollo Económico propone introducir masivamente tecnologías de ahorro. (ARCHIVO)
Rusia reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero en un 36 por ciento desde el nivel de 1990, a dos mil millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e), al tiempo que la reducción acumulativa de sus emisiones ascenderá a 81 mil millones de toneladas, alrededor del ocho por ciento del presupuesto global de carbono.
El Ministerio de Desarrollo Económico propone introducir masivamente tecnologías de ahorro en el sector energético, la industria, el transporte y los edificios, y reducir las pérdidas de energía.
Para aumentar los volúmenes de procesamiento de residuos, impulsará vertederos más grandes y buscará utilizar el metano producido; estimulará la producción y el uso de artículos con alta eficiencia energética y fortalecerá la protección de los bosques contra incendios y plagas y la tala.
De acuerdo con el documento que informa sobre el plan, dado a conocer por Fridays For Future ruso, hasta ahora la industria es reacia a ahorrar energía: en 2018, las empresas nacionales gastaron 44 mil millones de rublos para este propósito. La situación de los bosques es preocupante, ya que el área de tala está excediendo constantemente la de reforestación.
El documento señala que en un escenario intensivo, Rusia reduciría las emisiones en un 36 por ciento para 2030, y para 2050 las reducirá hasta un 48 por ciento, a mil 600 millones de toneladas de CO2e.
La neutralidad de hidrocarburos (cero emisiones netas de gases de efecto invernadero) se logrará para 2100, pero al mismo tiempo, Rusia hará la contribución más significativa para limitar el crecimiento de la temperatura de la superficie global a 1.5 grados Celsius y la reducción acumulativa de las emisiones ascenderá a 90 mil millones de toneladas de CO2e para 2050.
En ese escenario, se implementarán medidas adicionales, como la regulación de precios de emisiones de gases de efecto invernadero, mediante impuestos; la creación de un sistema nacional para etiquetar productos intensivos en carbono y divulgar al consumidor información sobre el origen de la electricidad; crear incentivos para equipar edificios con paneles solares; ampliar la responsabilidad de los fabricantes, la introducción de tarifas de reciclaje, la recalificación de parte de los desechos en recursos secundarios y la prohibición de la tala.